La moda de los barros para el pelo no es nueva, aunque su moda en peluquería ha renovado las técnicas de aplicación.

Aunque en casa parece un poco engorroso, la verdad es que yo me he acostumbrado a usar los barros o la henna y ni difiere tanto de un tinte clásico. Pero me da gusto poder probar una coloración vegetal en peluquerías. Ojalá cunda el ejemplo de tintes naturales. Los he probado y el brillo que dejan es incomprable, además de no castigar tanto el cabello.

La historia de la coloración es conocida desde tiempos de los egipcios y romanos que aplicaban tintes vegetales (henna y nogalina) y colorantes derivados del plomo y el cobre. Desde entonces el cabello no ha dejado de cambiar de color por diferentes métodos hasta que a finales del siglo XIX se empezó a investigar el poder colorante de ciertas substancias sintéticas. Sin embargo no fue hasta el siglo XX (1907) cuando Eugene Schueller, fundador de L´Oréal descubre los tintes capilares sintéticos. Ahora en el siglo XXI se impone un regreso a las coloraciones vegetales.


HENNA SAGRADA. En algunas tribus indigenas a las niñas que dicen adiós a la pubertad para transformarse en mujeres se les practica un ritual en el que el cabello se tiñe de rojo con henna. En la India está considerada una planta sagrada, y por eso interviene en multitud de ritos mágicos. Hoy, la henna es el último grito de la moda en tatuajes, pero esta planta ha sido empleada desde tiempos remotos por pueblos árabes e hindúes. Las mujeres la aplican para decorar manos y pies, tanto como para dar brillo al cabello o como maquillaje temporal para tatuar el cuerpo con diseños característicos de cada casta. Hoy, en occidente es un recurso fetiche para seducir. La henna, también es ingrediente clave de muchos tintes vegetales.


Como continúa la campaña de no agresión al cabello con productos bajo licencia  ecológica, nuestro cabello pide paz y nuevos tintes: sin amoníaco y con menos aditivos químicos.  Nuestra sensible fibra capilar, además de un arma de seducción es un medidor de salud. Mientras nuestro pelo esté sano y brillante cualquier cosa le sienta bien. Cuando no es así hay que cuidar y preservar el cabello de los agentes agresores desde el sol al cloro o el aire del secador.

Hace unos días y unos meses también, un taxi me recogió en casa para llevarme hasta Aravaca a la peluquería de Angel Hortal y poder probar en mi cabeza la coloración natural Eos de Wella. Me encontré con un salón de peluquería luminoso con un patio interior que llenaba de luz los lavacabezas; todo un lujo, y sobre las paredes cuadros y esculturas de arte moderno. Angel y su equipo dominaban con destreza y elegancia el arte de la coloración natural y todas las clientas practicaban el culto a las coloraciones naturales. Me encontraba como en otra realidad paralela, pero no paranormal. En otra esfera de las peluquerías con filosofía eco que empiezan a abrir sus servicios con toda naturalidad.

Una excelente manera de conocer EOS, la coloración obtenida de la combinación de distintas plantas (Henna, Índigo, Camomila, etc…) elegidas por Wella Professionals.  La preparación de la coloración se hace diluyendo EOS en agua a 70 grados de temperatura. Depués se deja enfriar la mezcla y se aplica sobre el cabello con un tiempo de exposición de 30 a 40 minutos, con calor, dependiendo del grosor del cabello. Transcurrido el tiempo de exposición, se emulsiona la mezcla suavemente con agua templada hasta que esta quede trasparente. El último paso es lavar el cabello con champú sin utilizar acondicionador ni mascarilla.
Disponible en salones de pelquería y en 10 tonos: Pimienta negra, nuez moscada, jengibre, curry, azafrán, cayena, canela, cacao, paprika y tandoori.
Precio del servicio: 40 euros.

 

En casa y si eres mañosa puedes mezclar agua hirviendo con el polvo de henna ( de herbolario, cada paquete vale unos 5 euros) y hacer tus mezclas. Pero si con los tintes sintéticos hay que ser un verdadero artista del color con los tintes vegetales hay que ser casi un genio porque hay un mayor componente de incertidumbre en el color. Por eso hay menos peluquerías especializadas en coloraciones naturales.

La de Angel Hortal es una de las pocas que he podido degustar con dedicación exclusiva al color vegetal, algo así como la de Peque a la que acude gran parte del famoseo.

 

Peluquería Angel Hortal.

C/ Osa Mayor, 79

Tel: 91 307 90 73.

Aravaca – Madrid