Mageritdoll es una muñequita cabezona, como las protas de los mangas, de ojos eternamente sorprendidos y aspecto distraído y soñador; recoleta, particular, y con un gusto envidiable en el vestir. ¡Qué mona va esa muñeca siempre!

La Maison de Mageritdoll es el coqueto resumen prêt-à-porter de dos cabezas pensantes y creativas. El cuerpo y el alma lo pone Cristina Alonso del Chicca, diseñadora y artesana; Sergio Pampliega se encarga de los verbos de acción y comunicación. Juntos conciben, nutren, crían y visten a “sus niñas”, como ellos las definen, unas preciosas muñequitas-complemento que funcionan como broche o collar, a falta de que la madre adoptiva decida atusársela como más le apetezca.

La inspiración de estos complementos, hechos a mano de la cabeza a los pies, bebe de fuentes reconocibles, contemporáneas e innegablemente pop. Hello Kitty, los cómics manga, Candy Candy, los Goonies, Barbarella, Dirty Dancing, Twin Peaks, María Antonieta de Sofía Coppola, ‘gotiqueo’, Alicia en el País de las Maravillas, las pelis de Kevin Smith, y un largo etcétera; todo aquello con lo que hemos vibrado los nacidos en los 80 y que nos hace simpatizar, años después, con los Urban Toys, la estética “infantil” fuera del coto de la niñez y todo lo que huela a una  adolescencia untada en nocilla y vestida con medias desgarradas a lo Madonna´s way.

La idea: que cada mujer se identifique con su Mageritdoll de 6 cms, vestida según las tendencias o según una extravagancia, un folklore, un atuendo peliculero o de tebeo, y que sea la nueva y sugerente muñequita de adulta a la que llevar a todas partes.

 

Las Mageritdoll se hacen una a una con amor de padres y tienen varios puntos de venta en la península. Yo te sugiero que visites su blog, donde hay muchas más fotos de las muñequitas –cuanto más las miro, más me gustan-, el listado de tiendas y el contacto de los artífices por si te interesa adoptar una de estas criaturas. Pista de regalito cuco: realizan muñequitas por encargo.

Si esto no es peterpanismo bien entendido…