“La sangre essssh la vidaaaa”, como aseguraba relamiéndose un truculento Gary Oldman en el “Drácula” de Coppola.

Al primero de los elementos líquidos esenciales para la vida –el segundo, aun siendo básico, es más insulso- le rodean unas cuantas connotaciones según culturas y mitologías, todas muy elocuentes y sin necesidad de explicación. La sangre del cáliz de Cristo, la sangre de doncella de los rituales de leyenda, “hacerse mala sangre”, tener un comportamiento “sanguíneo”, ser de “sangre azul”, sufrir de “falta de sangre” o tener la “sangre de horchata”, la sangre que bebían la Condesa Bathory o el ya citado Conde Drácula…

La sangre está llena de misterio, genera cierta fascinación.

Los creadores de Blood Concept han querido captar estos matices ancestrales, relacionando la sangre con el significado original y natural como motor de la vida, el pulso que late dentro de nuestras venas, y trasladándolo a perfumes que han de adoptarse de manera instintiva, visceral.

La colección, dividida en cuatro fragancias con la denominación de cada grupo sanguíneo, aspira a recrear la evolución de la humanidad a través del tiempo y su registro de información, historia y mutación, tan bien conservado en la corriente vital de la sangre.

Blood Concept es un ritual místico donde no se encuentra ninguna flor: profundo como el África primitiva en O, aromático como la esencia de la tierra familiar en A, atrevido como los itinerarios impredecibles en B, y agudo y fresco como el skyline de cualquier gran ciudad en AB.

Y en cada una de ellas, se puede encontrar al final la misma nota sutil y primitiva: el recuerdo metálico de la sangre.

Sus creadores son Antonio Zuddas y Giovanni Castelli, y han estado hoy en Madrid descifrando su código sanguíneo para Belleza Pura.

Como me han explicado –en correctísimo español-, la idea era recrear la evolución de la humanidad a través de nuestra composición más esencial: la sangre. El olor del “qué somos y de dónde venimos” que nos viene desasosegando desde que le dábamos a la pintura rupestre de dedo

El recorrido desde su fragancia O hasta la AB desgrana el crecimiento del hombre desde su aparición más primitiva hasta la más reciente, desde el limo hasta el homo sapiens a través de cambios en la dieta, la relación con el entorno, el avance de la civilización…

Para acotar las distintas connotaciones de cada grupo y lograr fragancias completamente distintas entre sí, han contado con asesoría.

 Yo debo estar muy en contacto con el animalillo que llevo dentro, porque mi preferida, sin duda, ha sido la O, que además es la que tiene la nota sanguínea más marcada y huele, dejándome llevar por mis intelectuales instintos domesticados (guiño), a matanza refinada, a supervivencia en torno al fuego y a selección natural de la que sólo quedan los más fuertes.

El concepto es tan potente y llamativo que quizá pueda fagocitar las fragancias. Ellos mismos reconocen y agradecen “la utilidad” que tiene a la hora de atraer la mirada y generar ruido a su alrededor (recordemos, también, la dieta del grupo sanguíneo, y es que cuando las venas suenan…) pero confían en que los aromas tengan su propia presencia.

La dificultad radica, seguramente, en ampliar una colección de 4 grupos. Pero la sangre aún tiene más misterio por explorar y la pareja promete novedades dentro de muy poco. ¿Una pista?: la fracción líquida.

Blood Concept se vende en concepts stores de todo el planeta y en Madrid puedes encontrarla en Isolée (www.isolee.es)

Las fragancias tienen un precio de 115 euros para el perfume puro de 40ml y 98 para el spray de 60.