John Currin

Si os digo que la contaminación no es buena, no os estoy dando una primicia. Afecta a nuestra salud y según las conclusiones del noveno Congreso Europeo de Medicina Estética que se ha celebrado en Madrid, perjudica seriamente a nuestra piel y acelera el envejecimiento. Síntomas del envejecimiento como la flacidez, las arrugas o la caída del cabello, que antes aparecían a partir de los 40 años, están empezando a apreciarse con mayor frecuencia a los 35 o incluso a los 30 años gracias a la ‘ayuda inestimable’ de la contaminación –y como siga sin llover, en las grandes ciudades el envejecimiento cutáneo va a comenzar en la adolescencia-.

El último informe de Greenpeace alerta de que la contaminación es origen de 16.000 muertes prematuras en España al año, y de que cerca del 80% de la población respira aire por debajo de los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). ¿Qué podemos hacer? Pues huir a la montaña, montar un hotelito rural y darle la espalda a la contaminación y al estrés; o si nos quedamos, intentar llevar una vida un poco más verde, dejar el coche en casa siempre que podamos, mover las piernas e ir caminando a más sitios…, ese es sólo un comienzo, una ínfima parte de todo lo que cada uno de nosotros podemos hacer, a nive individual, para ayudar a este enfermo planeta.

Los aditivos alimenticios, la polución, la ingesta de medicamentos, el alcohol, el tabaco y el estrés provocan la acumulación de toxinas que se manifiestan en la piel. Los especialistas reunidos en Madrid han coincidido en señalar que cada vez encuentran con mayor frecuencia síntomas de envejecimiento prematuro, y en proponer la medicina biorreguladora como alternativa. Por eso, durante el congreso, la doctora Carlota Hernández ha presentado la guía Medicina Biorreguladora: Aplicaciones prácticas en Medicina Estética.

 

Anke Merzbach

La medicina biorreguladora es un concepto médico que representa un punto intermedio entre la homeopatía y la medicina convencional. Partiendo de las experiencias terapéuticas de la homeopatía clásica e incorporándole los avances de las ciencias médicas, ha introducido medicamentos de nuevo desarrollo, avalados por numerosos estudios clínicos, capaces de ofrecer soluciones terapéuticas eficaces y seguras.

Los agentes contaminantes que ingerimos o inhalamos se depositan entre las células, lo que origina alteraciones estructurales de la piel y compromete el aporte de oxígeno y nutrientes al organismo.  La medicina biorreguladora estimula la capacidad innata que tenemos de reparar y regenerar los propios tejidos. Los principios activos de estos medicamentos son sustancias naturales de origen vegetal, orgánico y mineral, en microdosis, similares a las del sistema inmunitario. El objetivo de la medicina biorreguladora es modular los procesos de autorregulación del propio organismo para conseguir la curación.

Como son dosis muy pequeñas y con principios activos naturales, carecen de efectos secundarios e interacciones con otros medicamentos y pueden utilizarse en todo tipo de pacientes –embarazadas, lactantes, personas polimedicadas…-.

Según la guía Medicina Biorreguladora: Aplicaciones prácticas en Medicina Estética “Los medicamentos de acción biorreguladora corrigen las arrugas finas y profundas, combaten la flacidez y las bolsas de los ojos, además de devolver la luminosidad y elasticidad a la piel”.

Los medicamentos de acción biorreguladora pueden aplicarse por vía oral, tópica, o en mesoterapia -infiltraciones a 4mm bajo la piel-. Pero en lugar de contener sustancias rejuvenecedoras, como el ácido hialurónico y el colágeno, incorporan sustancias inmunomoduladoras naturales que favorecen los mecanismos biológicos encargados de fabricarlas, lo que hace nuestro cuerpo habitualmente durante la juventud. En el caso de la grasa localizada, existen medicamentos de acción biorreguladora que extraen la adiposidad de las células grasas, los adipocitos, y la alojan en el espacio extracelular. Allí otro medicamento encargado de favorecer el drenaje, la lleva al sistema linfático y sanguíneo y finalmente se expulsa por la orina.

¿Has probado la medicina biorreguladora?