Eyeliners o rayas de ojo, finos rabitos gatunos o gruesos trazos egipcios dando forma al ojo, corrigiendo, ampliando y aportando impronta estética en un simple gesto que requiere un pulso firme y decidido.

Un aderezo de maquillaje normalmente imprescindible para la mayoría de las mujeres por su inmediato poder de transformación y apertura de la mirada. Una pin-up no lo sería sin su característico eyeliner. Tiene una presencia tan magnética que a veces se convierte en el único y muy trendy gesto de maquillaje, como en el caso de la presentadora inglesa Alexa Chung, que no suele llevar más que una raya sesentera que le queda estupendamente. Aparte de la piel bien trabajada para que quede fresca y lozana, claro.

La presentación en forma de lápiz suele ser la más apreciada por aquellas a las que no nos tiembla el pulso a la hora de enfrentarnos a la vida, pero acercarnos a los ojos ya nos supone más problema.

La líquida tiene la ventaja de ser más duradera y de quedar absolutamente impecable si se consigue dominarla.

En cualquiera de los casos, una vez  se encuentra la forma que va bien y se manejan los elementos, se puede trazar la senda incluso a ciegas.

Lo importante para dar con el estilo adecuado es, como siempre, reconocer cómo es la forma natural del ojo. Ten en cuenta no sólo tamaño y forma, sino también párpado móvil y posible pliegue de su piel –más que nada porque supone un estorbo para tu noble propósito de dejarte la raya perfecta

Si tus ojos son almendrados, estás de enhorabuena. Te va bien prácticamente todo. Puedes darles un efecto rasgado bordeando la forma por completo y alargándola en el extremo hasta donde te atrevas.

Si quieres que se vean más grandes, empieza a delinear un poquito más allá del comienzo del lagrimal y ensancha el trazo en la mitad del párpado.

Si tus ojos caen un poco, no termines la raya en su extremo natural; despúntala hacia el exterior cuando hayas delineado un tercio de párpado.

Los trazos más gruesos encajan mejor en la noche, y más si los combinas con un look rockero–porque reconozcamos que algunas rayas, de paso, combinan mejor con la ropa que otras

En cuanto a colores, el negro suele ser la elección estrella por encima de todas, a pesar que endurece un poco la mirada. Siempre puedes recurrir a un amable marrón, o los favorecedores verde o azul, según tu tono de iris.

Los violetas y rosas flúor son bonitos y además tendencia. Si no te dan aspecto enfermizo y te apetecen, ¡anímate con ellos!

Como truco para fijar el producto en la water line (o línea interior del párpado), te recomiendo que apliques un poquito de sombra con un pincel biselado. ¡Verás cómo aguanta!