La actriz Kate Hudson lleva sus orejas de soplillo estupendamente, aunque es verdad que si echas un vistazo por Internet, la mayoría de las veces las lleva tapadas con el pelo, pero cuando se lo recoge, las luce sin ningún tipo de problema. Otras, como la modelo polaca Daga Ziober, las convierten en su seña de identidad. Podrían haber pasado por el quirófano pero no lo ha hecho, ¿tendrá miedo o simplemente le gustarán tal y como son?
Ahora, entre el quirófano y dejarlas como están hay un término medio, la idea la ha tenido una madre emprendedora. Francisca Gamero estaba preocupada por las orejas de su hija pequeña, empezó poniéndole esparadrapo para mantenerlas en su sitio –también probó algunas pinzas que vendían en la farmacia- pero todo le parecía muy aparatoso y nada le convencía. Así terminó creando Otostick, una prótesis de silicona para pegar el pabellón auditivo a la cabeza y evitar la cirugía que fue posible gracias a la colaboración de la Universidad de Alicante. Ya ha vendido más de 60.000 unidades en farmacias de toda España y de estar en paro ha pasado a crear su propia empresa y optar al Premio Emprendedor de la Caixa.
Otostick es una pequeña prótesis transparente y adhesiva que mantiene la oreja en su posición correcta, manteniéndola pegada a la cabeza gracias a su forma ergonómica. Está fabricada a base de materiales hipoalergénicos y está indicada para niños a partir de 3 años -ahora Francisca Gamero está trabajando para crear un producto para las orejas de bebés a partir del primer mes de vida- y adultos que no estén contentos con sus orejas. La duración de cada corrector es de 3 días aproximadamente.
En algunos casos de niños pequeños, la oreja puede ir corrigiéndose de manera permanente a medida que crecen aunque los resultados no comienzan a apreciarse antes de los seis meses. Pero el éxito depende de la edad del usuario y de la morfología de cada individuo, hay casos en que la única solución es la cirugía aunque esta prótesis puede ser un remedio hasta que el pequeño tenga la edad apropiada para la intervención.
Si se recurre a la cirugía estética, se trata de una operación en la que se utiliza anestesia local y sedación y que consiste en tratar el cartílago para conseguir un aspecto mejor. La intervención se realiza habitualmente a través de la parte de atrás de la oreja, aunque en algunos casos hay que completarla con otra incisión en la parte anterior de uno de los pliegues de la oreja, lo que hace que la cicatriz sea prácticamente invisible. Dura una hora y media aunque este tiempo depende de los cambios que son necesarios. El alta se produce a las pocas horas de la operación y las orejas deben permanecer vendadas entre 3 y 4 semanas para que se mantengan en una correcta posición. Se puede hacer vida más o menos normal a los 2 o 3 días, para practicar deporte hay que esperar un mes y para el resultado definitivo es necesario esperar unos 2-3 meses más.
El cirujano Gustavo Sordo ha evolucionado la técnica para operar las llamadas orejas de soplillo –la otoplastia– fusionando dos técnicas clásicas que hasta ahora se utilizaban por separado. De esa forma se aprovechan las ventajas de cada una para sumar resultados. Por una parte trabaja el cartílago, tallándolo a la medida del pliegue según interese, y por otro lado, aplica las suturas para una mejor fijación. De esta manera, evita depender exclusivamente de los hilos porque previamente ha tallado el pabellón auricular.
Precio Otostick: 15 euros / 8 unidades.