El ácido hialurónico atraviesa su momento dorado. No hay crema antiedad que se precie que no lo incluya en su formulación, pero además, su uso en medicina estética está más que consolidado. El ácido hialurónico es un componente esencial  de nuestra piel  que sirve de soporte del colágeno y las fibras de elastina. Su función principal es mantener la piel lisa e hidratada. A medida que la piel va envejeciendo, disminuye su contenido de ácido hialurónico y el colchón de la piel se tambalea, comienzan a aparecer las arrugas, la flacidez…

Las técnicas menos invasivas, los tratamientos con poco impacto, son los más demandados en las clínicas estéticas, tod@s los pacientes quieren poder hacer una vida normal después de someterse a un protocolo que mejore su aspecto y que el resultado sea lo más natural posible. Por eso los pinchazos con este producto, son ya los protagonistas indiscutibles de los centros estéticos. Las inyecciones de ácido hialurónico se utilizan para mejorar el aspecto de la piel, rellenar arrugas y recuperar volúmenes.

La semana pasada asistí a la presentación de Glytone, un inyectable de ácido hialurónico que pertenecía a Pierre Fabre y que a principios de verano adquirió el laboratorio alemán Merz Aesthetics, y que está disponible en 4 presentaciones, especializadas, en función de cada tipo de indicación.

Para mejorar el aspecto de la piel, aportar hidratación y luminosidad, Glytone 1, el más ligero. Indicado para mesoterapia, inyectado de manera superficial para redensificar la dermis. Se puede aplicar en el rostro, cuello y manos. Además de hialurónico, también lleva manitol, un antioxidante, y glicerol, una sustancia que capta el agua para conseguir una piel más hidratada.

Glytone 2, 3 y 4 son materiales indicados para el relleno. El 2 es un poco más denso y se utiliza para las arrugas más finas, aumentar de manera natural el grosos de los labios o como mesoterapia para mejorar el aspecto de una piel más castigada. El 3 está indicado para arrugas medias, para los labios, ojeras, manos, surcos nasogenianos o para una redefinición discreta de los pómulos. El más denso -el 4- tiene una gran capacidad de elevación de tejidos y se utiliza cuando hay que recuperar mucho volumen. La duración del relleno depende del estado metabólico de la paciente, de si lleva una buena alimentación, si fuma, del estrés.

Si has decidido poner ácido hialurónico en tu rostro en forma de inyección debes tener una serie de precauciones, el hecho de que sean unos pinchazos más o menos superficiales, no significa que no existan riesgos. Como bien nos contó el doctor Daniel Arenas en la presentación, se están detectando imitaciones chinas, de marcas europeas, que no se sabe qué pueden contener ni las reacciones que pueden desencadenar una vez inyectadas. Así que primera precaución, asegurarte de qué el producto van a utilizar en la clínica médico-estética a la que acudas y que esté fabricado en Europa. La segunda debe venir por el precio, una mesoterapia facial con hialurónico está a partir de los 250 euros, mientras que una volumización a partir de 600 euros.