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Supongo que si te hablo de alimentos probióticos, visualizarás en vuestra mente un yogur, pero no son los únicos. Se trata de alimentos a los que añaden microorganismos vivos, unas “bacterias buenas”, que permanecen activas en el intestino y si se ingieren en cantidades suficientes, tiene efectos muy beneficiosos: equilibran la flora intestinal, potencian el sistema inmunitario, ayudan a tratar el colesterol o la gastroenteritis…

Pero parece que sus beneficios se extienden no sólo al interior de nuestro organismo, también al exterior, según nos cuenta el doctor Gustavo Sordoel futuro de una buena piel, pasará por los probióticos”. La enfermedad más estudiada al respecto es la dermatitis atópica, ya hay diversos estudios que demuestran que los niños que toman suplementos probióticos, son menos propensos a desarrollar un eccema o una dermatitis atópica. Pero no solo en el tratamiento de la dermatitis atópica, el doctor Sordo añade que “recientes estudios muestran que los ‘lactobacilos’ podrían tener numerosos efectos beneficiosos en la protección contra rayos UV, el tratamiento de acné, o la mejora mejora de la hidratación cutánea al regular la pérdida de agua trans-epidérmica”. Pero además “se está trabajando en administrarlos no sólo por boca sino también incorporados a cremas, geles y fórmulas cosméticas”.

Es el caso de la línea Yogur de Bulgaria, cosmética de farmacia fabricada por Biofresh, la primera gama de cosmética probiótica que combina dos de las señas de identidad búlgaras: su yogur y el aceite de la rosa Damascena.

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Todos los productos de la línea llevan un fermento sintetizado de células vivas estimuladas de Lactobacillus bulgaricus y aislado de ellos por medio de procesos de alta tecnología. Así, el cosmético actúa como probiótico, estimulando la síntesis de colágeno y aumentando la asimilación del oxígeno. Pero además, contiene proteína de yogur en forma hidrolizada, que mejora de la hidratación de la piel en un 21%. A ello se añaden los beneficios del aceite de la rosa de Bulgaria, para crear una gama sin parabenes, colorantes sintéticos, alcohol o derivados del petróleo y con un precio muy asequible para estos tiempos complicados.

Ahora acaban de lanzar un pack de tratamiento probiótico. En primer lugar se aplica la mascarilla facial antiarrugas muy interesante, por cierto, porque su presentación se sale un poco de lo habitual. Por un lado está el envase con el yogur liofilizado, -es decir, lo secan y esto permite que se pueda conservar hasta 5 años sin perder sus propiedades- y por otro el agua de rosa. Para preparar la mascarilla sólo tienes que coger un poco del polvo de yogur y mezclarlo con el agua de rosa hasta conseguir una pasta. Se coloca la capa compacta sobre la piel bien limpia y seca en la cara, escote y  cuello. En el envase viene un pañuelo húmedo de agua de rosa que se coloca encima para conseguir un mayor efecto. Después de 15 o 20 minutos, se retira con agua. Esta mascarilla fortalece el sistema de protección natural de la piel, trata las pieles sensibles con inflamaciones, rojeces o descamaciones, las ojeras, los rastros del estrés… A continuación aplicas el último paso del ritual, que es otro de sus  nuevos productos, una crema de día que estimula la síntesis de colágeno y elastina con filtro UV.

Pero en la línea encontrarás también sérum, crema de noche, elixir concentrado, leche limpiadora, crema de manos, loción corporal, jabón, gel de ducha…

Precio terapia probiótica: 26 euros.

Precio crema noche: 14,95 euros.

¿Tomáis probióticos?, ¿habéis notado sus beneficios?, ¿los habéis untado sobre vuestra piel?