Yo, amigas mías, soy muy cursi. Me encanta el momento en que la vegetación explota y expulsa hacia fuera las flores, como una caja de confetis o de fuegos artificiales.
Ese momento en que la calle te dice que ha llegado la primavera, antes de que lo sugiera la piel que se sacude el invierno bajo prendas ligeras. Los capullos son atrevidos –volvamos a la prosa: los humanos también- y muy enteradillos, siempre son los primeros en asomar la cabeza.
Esta temporada se estampan, a su vez, en un sinfín de firmas. Kenzo, Maison Kitsuné, Mary Kantratzou, Lacoste y Converse son algunas de ellas. Y yo encantada, señora.
Kenzo nos trae un precioso mono con escote palabra de honor y estampado similar a un jardín visto a través de una ventana empañada. A destacar el patrón. Pocas veces detalla tan bien el tipo esta pieza.
Ay, la camisita de flores. Qué tiene la camisita, que a todas horas, flora que flora, por los rincones más hipsters. El imperecedero must tiky que encandila a nuestros jóvenes vuelve esta temporada en una versión dulce y empastada de color.
Las flores son violetas. El vestido, vaporoso. El largo, elegantoso. ¿Y tú me preguntas qué es primavera?… Lo de Mary Katrantzou es poesía en movimiento.
Lacoste apuesta por el blanco y negro mix, la combinación de opuestos de la temporada. Sobre el yin y el yang asoman, tempestuosas, unas flores enigmáticas que presagian peligros…
No puedo poner diques al mar: me pirran las zapas de Converse. Son cómodas, quedan bien con todo (sí, con TODO) y con este estampado no pueden enamorar más el alma. La rascadita al bolsillo de la temporada jardinera.