-Hola, buenas. Me pone un cóctel agitado, no batido, de ácido hialurónico, vitamina C, DMAE y silicio orgánico.
-¿Lo quiere para tomar en la barra?
-No, gracias. Me lo llevo intradérmico.
La mesoterapia facial es uno de los tratamientos estrella de la generación de los inyectables, preferido por los parroquianos por lograr un resultado más natural que el botox o un relleno.
Los principios activos de este tipo de cóctel prometen un aspecto rejuvenecido, una piel más luminosa e hidratada, de líneas más tenues y contorno más firme sin introducir ninguna sustancia ajena al cuerpo.
Todo se reabsorbe, no hay efectos secundarios, no modifica la expresión. Ésa es la hoja de ruta de sus prescriptores. Acabo de probar una sesión de los nuevos inyectables de Mesoestetic. para comprobar en el terreno si vale la pena tomar esta senda.
¿Es posible engancharse por un chute?
Cuento con que no, porque francamente, convertirme en una de esas adictas a los pinchazos, ahí tirada por las clínicas con la cuchara de ácido hialurónico, sería bastante tristón. Tomas tus decisiones, pero no te enganches, hermana, no abuses.
Para abordar el tema desde el principio, me gustaría establecer la diferencia entre dolor y molestia, que tantos profesionales pasan por alto caritativamente, prefiriendo el eufemismo por aquello de dulcificar la predisposición y si tal que te pille de sorpresa.
Molestia es, pongamos, una sensación discreta, sorda, que se percibe pero permite pensar y asimilar otras sensaciones.
Dolor es una sensación aguda y fuerte, que ocupa todo el espacio mientras se mantiene y con la que no se podría convivir más que mermando la calidad de vida.
La mesoterapia, a mí, no me parece molesta. Sino que me duele. Pero ojo, cada uno tiene su propio umbral de dolor. En tu caso sí puede ser una simple molestia.
¿Cuánto dura el dolor? Poco, apenas dos segundos. No es el pinchazo, sino el producto, me explica la doctora de Instimed. La cara está llena de terminaciones nerviosas y hay picotazos que duelen un poco más. El surco nasogeniano es particularmente ingrato. En general es muy soportable porque se esfuma en el acto. En este aspecto es aceptable si te compensa el resto de factores en equilibrio: resultado y desembolso económico.
El resultado, en una única sesión, es notable para una. No “espectacular”, pero sí notable. Yo tengo una piel de 33 años “bien” -eso me aseguran- por genética, cuidada en cuanto a que sigo una rutina diaria. Es una piel mixta y deshidratada –y además vivo en Madrid- y sin arrugas, pero con lógicas líneas de expresión, marcas de acné, desperfectillos...
Mi valoración es:
–A la vista: veo un tono más uniforme, la cara más “rellena” -por expresar la imagen, puesto que el ácido hialurónico que me han inyectado no es reticulado y por tanto no rellena-, la piel más luminosa. Veo el surco nasogeniano más difuminado.
-Al tacto: está más suave e hidratada. Esto lo he notado bastante, la pellizco y la noto más jugosa. No sé si se aprecia la descamación al lado de la comisura en la foto de “antes”, que ha mejorado.
He procurado hacer las fotos a la misma hora y con la misma luz. Hay tres días de diferencia.
No me han salido hematomas, aunque puede suceder, ni experimenté molestia alguna pasado el momento camilla.
Se recomiendan 5 sesiones, espaciadas en 15 días. Voy a terminar el periplo y me haré fotos de nuevo, a ver si he retrocedido un par de meses en el tiempo y cuánto se alargan los efectos de “mi segunda juventud”. Seguiremos comparando. Entonces tendremos datos más fiables, ésta es una primera toma de contacto.
Precio orientativo: 120 euros por sesión.
Es posible que en cada centro ofrezcan bonos por 5 o por 10 sesiones.
Instimed
Calle Compostela, 50
(Metro Herrera Oria)
Tel: 913 23 44 55