Logan White

Logan White

Se acabó despellejar bichos como si estuviéramos en el Paleolítico, sintetizar fibra con tecnología de la NASA o debatir hasta el hastío sobre una u otra práctica. Ahora lo muy-muy (que no lo Miu-Miu, aunque puede que todo se ande), son ¡las estolas de peluche! Unas bufanditas muy monas del material de nuestra infancia que abrigan, fijan y dan esplendor a los cuellos de las víctimas más propicias: la chavalería adinerada del fashion system.

Marc Jacobs, Vika Gazinskaya y Muveil son algunos de los representantes más señeros de esta tendencia de cuerpo salvaje y espíritu ecológico.

Saca tus reales garras durante el día y duerme abrazadita a ellas por la noche. Estos animalillos sólo quieren que les den calor.

Marc Jacobs

Marc Jacobs

Monas son, encuentro. Aunque estoy segura de que también inspirarán odios feroces. Pero sí, son tan encantadoramente ñoñas e inofensivas como las mochilas de animalitos que llevamos de crías. Una cosa cachonda y con un pase. Más todavía si una ya ha superado la treintena y quiere ir de desacomplejada.

Vika Gazinskaya

Vika Gazinskaya

Yo veo dos pegas.

Una -y no precisamente una futesa-, los precios. Ninguna de estas boas baja de los 600 pavos, más de 1.500 para las mascotas de Marc Jacobs y Vika Gazinskaya. ¿Seguro que es peluche y no hebra de oro?

Dos, la magnética atracción que ejercen estos burdos pelos locos sobre el polvo, las bacterias y los nidos de ácaros, como bien te decía tu santa madre y como has tenido que reconocer “con la edad”.

Muveil

Muveil

En todo caso, pronto asistiremos a los clones de las firmas que tú y yo sabemos. Muerto el zorrillo, sólo habrá que pelear contra las alergias.

Oye, ¿y un poco de espeleología en el trastero familiar? Con la pena que te dio jubilar a Bagheera