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El cambio de hora es la barrera ineludible. No hay vuelta atrás, definitivamente hemos pasado a otra estación. Bienvenidx al abrigo grueso, el plato de cuchara y ese sonido ambiente de sorbidos y tosecillas que nos persigue doquiera que vamos. Allons enfants de la patriiiieeee, ¡el día de la gripe ha llegado!

En lo que a estos extravíos se refiere, todos tenemos nuestra nariz de Aquiles. ¿Tú de qué eres más? ¿De catarrillos? ¿O es la gripe la que te arrebata el corazón y la salud durante su buena semanita al año?

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La gripe es una enfermedad infecciosa de las vías respiratorias causada por un virus.

Sibilina y pegadiza, se contagia a una velocidad de vértigo de persona a persona –sin necesidad de contacto físico-.

Para prevenirla y proteger a los demás llegado el caso de que te infectes, puedes tomar una serie de medidas básicas que también es útil para los catarros.

Lávate frecuentemente las manos con agua y jabón, cual Jack Nicholson aquejado de TOC en “Mejor imposible”.

Cúbrete la boca y la nariz al toser y estornudar -consejo muy elegante, por otro lado-.

-No reutilices pañuelos después de su uso (y menos si no son tuyos)

Ventila los espacios cerrados. Si trabajas en una oficina ‘inteligente’ sin ventanas, sal a la calle de vez en cuando para orxigenarte.

Para los espacios cerrados, resulta útil emplear un vaporizador de aceites esenciales de eucalipto, tomillo y menta por sus propiedades antisépticas. Si no tienes un aparato ad hoc, puedes echar dos o tres gotas del aceite esencial en una taza con agua hervida.

Mantén limpios los picaportes y objetos de uso común en las casas –los virus que se expelen al toser se agarran a ellos- y no compartas vasos ni cubiertos.

-Procura evitar los cambios de temperatura bruscos. La temperatura ideal para la calefacción es 19 grados, una más elevada puede resecar demasiado el ambiente –y tus mucosas-.

La alimentación es el otro gran pilar de la prevención por su capacidad de apuntalar el sistema inmunitario.

Es conveniente añadir un mínimo de 60mg de vitamina C, que se puede obtener de una naranja, un kiwi, un mango, un pimiento rojo crudo…

También son importantes los minerales selenio (aumenta la producción de glóbulos blancos) y zinc (actividad antivírica).

El alimento más rico en selenio es la nuez de Brasil. También puedes tomar pescado, huevos, cereales integrales y productos lácteos.

Para añadir zinc a tu dieta, ingiere semillas de calabaza, queso curado, pan integral, legumbres… Todo rico, rico.

Como suplementos, la Equinácea y el Propóleo, de venta en herbolarios, han demostrado su eficacia y son muy sencillos de añadir en gotas a un zumo de naranja. Si le añades una buena miel cruda sin pasterizar, terminas de crear tu elixir anti-catarral de la temporada. Y ríete en la cara de los virus.