keith

Mujer embarazada vale por dos”, cita la coda escrita en tablas de arcilla*. Hay algo místico e instintivo en ese trance que conduce a sentirse como una diosa de la fertilidad conectada a los orígenes. Un ser que crea a otro sin más voluntad que la de desearlo, mientras el cuerpo sigue por su cuenta la pauta inscrita en la especie.

*¿Cómo? ¿No es así? Pues debería 🙂

Vas a ser dos durante un tiempecito, pero recuerda, no todos los dichos son ciertos. Uno de los más populares (y más obsoletos), es el de COMER POR DOS, mito anclado en los lejanos (¿?, bueno, dejémoslo) tiempos de penuria.

¿Te reservo mesa? Este restaurante incluye menús para dos del todo saludables.

 

klimt_la_maternidad1

Es otro cliché, pero cierto. La dieta mediterránea con algunos matices (en los que influirá decisivamente haber pasado la toxoplasmosis), tiene todo lo que necesitas en tu estado de buena esperanza.

El pescado, las frutas, las verduras frescas, las legumbres, las nueces, los productos lácteos y el aceite de oliva, podrían proteger a los futuros niños del asma y las alergias, tan extendidos últimamente. Esta ha sido la conclusión de un estudio reciente publicado en Thorax en el que participaron 468 parejas de madres e hijos a quienes se dio seguimiento desde el embarazo y hasta los 6,5 años después del nacimiento. Los investigadores recolectaron información sobre los hábitos alimentarios y sobre los síntomas de asma y alergias, y hallaron que las mujeres que consumieron dieta mediterránea de alta calidad durante el embarazo eran más propensas a tener hijos libres de síntomas asmáticos y alérgicos que las que consumieron dieta mediterránea de baja calidad.

dieta_mediterranea

¿La diferencia entre un grupo y otro? Las que consumieron ‘alta calidad’ tomaron verduras más de ocho veces a la semana, pescado más de tres veces por semana y legumbres más de una vez a la semana. Las del grupo de ‘baja calidad’ incluyeron raciones procesadas y carne roja más de tres veces a la semana.

Lo llamativo además fue que no se encontró relación entre los hábitos del niño de 6,5 años de edad, hasta ese punto es importante lo que reciba durante la gestación.

coffee-beans

También es interesante saber qué evitar. Por ejemplo, la cafeína (café, té, refrescos, cacao y alimentos que lo contienen) se ha relacionado con bajo peso en los recién nacidos según un estudio de la Sahlgrenska Academy (Suecia) en colaboración con el Instituto Noruego de Salud Pública llevado a cabo con 59.000 mujeres.

“La correlación entre el consumo de cafeína y el crecimiento fetal se estableció incluso entre las mujeres que siguieron la recomendación oficial que limitar el consumo de cafeína a 200 miligramos al día (dos tazas de café)“, explicó el director de esta investigación, Verena Sengpiel.

De hecho, se encontró que la cafeína de todas las fuentes reducía el peso del niño al nacer.

Otro estudio dirigido por el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona y la Universidad de Estocolmo (Suecia), llama la atención sobre los alimentos que contienen acrilamida, una sustancia cancerígena presente en alimentos ricos en carbohidratos que se elaboran a altas temperaturas. Estos son (lo siento de verdad), las patatas fritas, chips, galletas, cereales para el desayuno y el café, que el estudio asocia con bajo peso al nacer.

En la investigación participaron 1.100 mujeres embarazadas y sus recién nacidos de Dinamarca, Inglaterra, Grecia, Noruega y España.

Se observó una diferencia de hasta 132 gramos en el peso del bebé y 0,33 en el tamaño de su cabeza entre las madres muy expuestas a la acrilamida y las que se expusieron poco.

Según la Dra. Marie Pedersen, investigadora del CREAL, “las implicaciones en salud pública de los resultados de este estudio son realmente importantes, porque el peso al nacer está relacionado con numerosos efectos adversos para la salud en los primeros años de vida e incluso posteriormente, tales como estatura reducida, aumento de la incidencia de enfermedad cardiovascular, diabetes mellitus tipo 2 y osteoporosis. Además, la circunferencia de la cabeza es un indicador importante del crecimiento del cerebro y del desarrollo neurológico”.