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Hace unos días, entraba en erupción un nuevo y sugerente hashtag en el volcán de las redes sociales. #bikinibridge. O, explayándonos en más de 140 caracteres, el coqueto puentecito que forma la parte inferior del bikini sobre la cadera de una mujer yaciendo en la playa.

Con el ángulo adecuado y cierta distribución de grasa, se da en una abrumadora mayoría de mujeres sin necesidad de que pese sobre ellas el estigma de ningún trastorno alimentario.

Siendo un tema delicado, de inevitable asociación con una enfermedad dolorosa, las encendidas reacciones han llegado puntuales. Unas, por anhelar el aderezo estético sobre pubis propio o ajeno; otras, por considerarlo una cosificación peligrosa de la anatomía femenina. Si buceas en internet verás que este brigde over troubled water aún se balancea sobre aguas ciertamente turbulentas. Pero, ¿qué hay de preocupante en toda la historia?

Un vientre poco sospechoso de sufrir anorexia con su bikini bridge

Un vientre poco sospechoso de sufrir anorexia con su bikini bridge

Este paisaje (tan naturalista), ha surgido, por supuesto, con la ayuda de la mano del hombre (del ser humano, digo). Pero no es fruto de las ansiedades físicas de ningún colectivo especialmente permeable, sino que se trata de una broma viral alentada en las entrañas de 4chan, la caótica comunidad creada por un quinceañero de la que mana buena parte de la cacolalia visual de internet, además de otras acciones 2.0. de variado pelaje.

En este caso ha sido ‘a killer joke’, que dirían los Monty Phyton.

Una broma monumental que combina, muy conscientemente, subcultura y jerigonza internautas con sociología de la red a través de la difusión de un bulo o de un falso problema.

Los 4chaneros, con el dominio de la situación que sólo da el íntimo conocimiento del medio, han creado identidades falsas de celebrities con el #bikinibridge de marras (uno de los selfies más populares, de facto) y dado voz a corrientes de opinión a favor y en contra para lanzar la polémica a la concurrencia. Y ya, que se desarrolle sin ayuda de papá y mamá con un poco de ayuda de nuestros amigos del non sequitur. Y no, el bikini bridge no es la manifestación evidente de la anorexia. 

Pero, ¿esto es nuevo?

En realidad no. El argumento de lo fake como nudo troncal ya ha sido ampliamente manoseado  en medios como la radio (Orson Welles en las ondas vaticinando invasiones alienígenas), el cine en una recomendable serie de documentales (de nuevo Welles en “F for Fake”, Joaquin Phoenix en “I´m still here y Banksy en Exit trough the gift shop”) o internet en una infinidad de bromas creciendo global y orgánicamente. El rickrolling, las muertes de Jim Parsons o Megan Fox, el insólito triunfo tardío de David Hasselhoff como cantante o ¡tacháaan!, el nombramiento en 2009 de ‘Moot’, alias Christopher Poole, fundador de 4chan, como hombre más influyente del año según la revista Time.

 

Christopher Poole, creador de 4chan

Christopher Poole, creador de 4chan

La etiqueta ‘bikini bridge’ data de 2009 y no había generado tanto ruido hasta que se ha dado con las armas adecuadas, supongo que sin más maldad que la de alborotar a lo gamberro´s way. El entramado virtual tiene muchas grietas como herramienta de concienciación social y conviene contrastar fuentes. Bienvenidos a internet :)^^:*

¿Moraleja de esta fábula moral de nuestros días? A cuarentena directa cualquier polémica que florezca en las redes sociales. Ya no te puedes fiar ni de tu timeline. Malditos posmodernos…