Cuando hablamos de azúcar y de sus nefastos efectos en la dieta, los pasteles, galletas y caramelos son los primeros ‘culpables’ a los que señalar con dedo acusador.
Pero los auténticos saboteadores de la alimentación saludable, son los añadidos furtivos en alimentos poco sospechosos a priori. Un día entero a base de azúcar camuflada puede resultar problemático, sobre todo en diabétic@s. Descubre qué alimentos contienen sibilinas dosis de azúcar y huye de ese adictivo polvo blanco.

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1. Sandwich de gasolinera. Rico, tierno, fácil de comer en el propio coche mientras canturreas,… y, ¡oh! cargadito de azúcar: algunos incluyen hasta 4 cucharaditas de azúcar, las que rehúyes gritando Vade Retro cuando endulzas el café.

2. Pan de molde. ¿Crees que te estás haciendo un favor comprando pan integral con cuatro semillas mal contadas? Los fabricantes añaden azúcar para mantener la humedad y mejorar el sabor del preparado. Revista la lista de ingredientes. Como los ingredientes se listan por peso, compra el pan que tenga el azúcar en último lugar.

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3. Ensalada de col. Algunas variedades comerciales pueden contener casi 4 cucharaditas de azúcar por porción de 1 taza. La única opción para evitarlo es comprar en herbolario o mejor: prepararla en casa.
Si no te queda más remedio que usar col de bote, pon menos cantidad y añade un poco de col rallada y yogur griego bajo en grasa para reducir el azúcar y la grasa sin que pierda cremosidad.

4. Salsa de tomate. Ojo con las comerciales porque las carga el mismo demonio. Algunas incluyen jarabe de maíz o sirope de glucosa, lo que supone un total de 15 gramos por porción de media taza y un pico de azúcar en sangre inmediato. Busca las variedades con menos de 7gr de azúcar añadido por porción o tómate-lo con paciencia y dale a la salsa casera. Mejor opción imposible.

5. Avena instantánea. Estos paquetes suelen contener dos ingredientes: avena y azúcar. Mucha gente comienza a desayunar avena ganados por su bajo índice glucémico: la única manera de beneficiarse de este cereal es comprar la versión simple y cocinarla en casa durante unos 8 minutos. Puedes añadir fruta fresca o un poco de miel para edulcorarla.

6. Salsa vinagreta. La alternativa saludable y mediterránea al aderezo de yogur o queso cargado de grasa. Pero, ¡cuidado! Lo que te venden en el Súper normalmente se compone de vinagre, azúcar y aceite. De hecho, casi la mitad de la cucharada del aliño es básicamente azúcar. Si vas a un restaurante, pide que no te aliñen la ensalada y maneja con salero la aceitera. Si la preparas en casa, puedes hacer tu propia mezcla con aceite de oliva, vinagre, limón y un toque gourmet de frambuesa fresca.

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7. Yogur griego. Aunque es alto en proteínas respecto a los tradicionales, cada cucharadita puede esconder una cierta dosis de azúcar añadido, al que hay que sumar el de la lactosa. Elige siempre la versión natural, puedes endulzarlo con fruta fresca o un chorrito de miel.

8. Pizza congelada. Si echas un vistazo al listado de ingredientes de la pizza comercial, encontrarás azúcar, jarabe de maíz o sólidos al menos en dos ocasiones. El azúcar puede estar no sólo en la salsa, el queso o los tropezones cárnicos, sino también en la masa. Como siempre, la mejor opción, la casera. La masa se hace en un periquete y aguanta bien la congelación. Y si vas mal de tiempo, elige una pizza que especifique en la etiqueta ‘sin azúcar añadido’, o en su defecto, la caja que contenga menos menciones al azúcar.

9. Agua vitaminada. En principio, una opción sana para reponer minerales y electrolitos una vez finalizado el deporte. Un vistazo a las etiquetas de algunas marcas deportivas muy populares arroja conclusiones menos halagüeñas: una botella de 300ml puede contener ¡hasta 32 gr de azúcar! Casi lo mismo que una lata pequeña de refresco de cola. Menuda gracia, ¿no?

10. Leches no lácteas, es decir, las bebidas de cereales, legumbres y/o frutos secos, tipo soja, avena, arroz, almendras… Deliciosas, agradables y sí, sin lactosa, necesitan de una revisión exhaustiva para asegurarnos de que no están endulzadas con azuquiqui. Al no contener lactosa (el azúcar natural de la leche), la mayoría incluyen una generosa cantidad de azúcar de caña y pueden causar picos de azúcar en la sangre.