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‘Poema líquido’. Así describen en Frapin Parfums sus embriagadores perfumes, elixires para llevar sobre la piel inspirados en otros lujosos caldos: los del espirituoso coñac.

Todo arranca en 1270, cuando la familia Frapin se establece en la región de Grande Champagne, al sudoeste de Francia, y alcanza la excelencia, con el tiempo, en la destilación de coñac.

Frapin Parfums es algo como el Delorean olfativo. Cada una de sus referencias visita un hecho histórico o nos transporta a la exuberancia de sus terrenos. Una relación íntima que subraya la complicidad entre uno y otro líquido, porque ambos conservan y transmiten el aroma de la tierra, subliman aquello que tocan –sea una copa o una piel- y se inscriben por derecho propio en el ADN del lujo francés.

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La línea consta, hasta el otoño, de ocho referencias unisex, ‘porque el placer estético no entiende de géneros’.

Son perfumes muy ricos y poderosos, con presencia  y con los pies en la tierra –la “tierra roja de Segonzac”-, cálidos como los últimos rayos de sol y respetuosos con la tradición de la perfumería francesa.

Para su elaboración, se ha contado con la dirección creativa de David Frossard, a la batuta de una orquesta de reconocidos perfumistas como Marc-Antonine Corticchiato, Sidonie Lancesseur, Amélie Bourgeois, Bertrand Duchaufour y Jeanne Marie Faugier.

La última creación hasta la fecha es Paradis Perdu, un perfume escrito con la vitalidad del Art Nouveau en homenaje a una evocadora historia ‘de familia’ detrás. Un glorioso capítulo para una etiqueta centenaria.

En la Exposición Universal de París, 1889, los coñacs de Pierre Frapin reciben un premio a la excelencia de la mano de Gustave Eiffel. Lo que se dijo entonces entre el hombre de la tierra y el del hierro, la historia no lo recoge. Sí la estrecha relación que afianzaron hasta su muerte, reflejada por las indestructibles bodegas que, desde entonces, construyó Eiffel para Frapin.

Paradis Perdu es una oda a los viñedos que rodeaban la propiedad. Una exultante exposición de entramados vegetales, notas cítricas, raíces y maderas que crean una estela explosiva y envolvente.

Bonito, ¿no? Todavía hay otras 7 historias más para descubrir.

Precio Paradis Perdu: 110 euros / 100 ml.

Disponible en bomonde.es