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Siegfried Zademack

Los escotes del verano sacan a la luz la piel del escote con mejor o peor resultado. Ahora no valen los jerseys de cuello alto o los cuellos de camisa elevados estilo Karl Lagerfeld. Llama la atención ver rostros de jovenzuela enmarcados con escotes arrugados que confunden al personal sobre la edad biológica de su portadora.

La piel de esta zona de la anatomía es muy delicada, tanto que se parece a la del contorno de ojos, tiene menos glándulas sebáceas y poco tejido adiposo, se deshidrata, se seca fácilmente y es más fina, como consecuencia, es más propensa a la aparición de arrugas y flacidez.

Aunque la mayoría de las mujeres no lo cumplen –sí, no te hagas la ofendida-, los cuidados faciales deberían prolongarse más allá del rostro pasando por el cuello y llegando hasta el escote. Sé sincera, ¿le dedicas todos los mimos que necesita?

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El cuello y el escote necesitan los mismos cuidados que el rostro, si ya has cumplido los 30 va siendo hora de que te acuerdes de esta zona de tu cuerpo serrano. A diario prolonga la imprescindible limpieza facial más allá de la mandíbula, es el primer y más importante paso para una piel radiante. El siguiente, es la hidratación, por la mañana sin olvidar la protección solar y por la noche con una crema reafirmante o antiarrugas, aplicándola con un masaje ligero efecto lifting en movimientos circulares suaves y ascendentes de dentro hacia afuera.

Una vez a la semana coge el exfoliante y elimina las células muertas suavemente, eso sí, utiliza el del rostro porque los corporales pueden ser demasiado agresivos. E igual que cada 7 días te das el gustazo de utilizar mascarilla facial, cuello y escote también tienen derecho, una con efecto tensor, reafirmante o hidratante según las necesidades de la zona. También puedes hacer curas 2 veces por semana aplicando una capa generosa de crema por la noche y dejando que haga su efecto durante el sueño.

Y ahora en verano redobla cuidados porque el sol es su mayor enemigo. Es una zona con un nivel de melanina más bajo y su capacidad defensiva frente a las radiaciones ultravioleta es menor. Esto la convierte en más propicia a la aparición de manchas y a un envejecimiento prematuro. El escote de muchas mujeres que han abusado del sol es la prueba más evidente  del efecto de los rayos UV sobre ésta piel tan delicada. Utiliza, igual que en el rostro, factores de protección muy altos y si en cuanto empieza el buen tiempo te gusta lucir escote, no salgas de casa sin la zona debidamente protegida.