Ojo al vídeo que ha salido a la luz (ultravioleta), querida y cuidadosa lectora. ¿Resistiría tu radiante tez una ‘prueba de la verdad’ de semejante calado? Tras ver estos sorprendentes ejemplos, no dudo que mi  encremada y enserumada  piel con sus productos pre-post-anti-noche-día-  también revelaría algo más crudo que la de Diana de “V”.

La verdad sale a la luz con la luz de la verdad , y la luz ultravioleta permite ver el daño solar y el aspecto de minero que tenemos con el protector solar extendido sobre la cara. Impactante es el dramático vídeo producido por el estadounidense Thomas Leveritt. El mejor comercial de los productos solares porque entran ganas de consumir litros de fotoprotección y no tomar ni un rayo de sol en lo que resta de verano. Una especie de polígrafo de los crímenes y castigos ejercidos sobre la toalla de playa en su mayor parte.

Ay, qué cura de humildad y qué acicate para el uso de protectores solares. Siempre lo repetimos mucho, pero cuando salen este tipo de evidencias a la luz todavía nos apetece más una (auto) concienciación. Cuídate. Escóndete del sol como los vampiros.

Usa protector solar. I´ve got you… over my skin…

Sol2

Sucede que estas cremas inteligentes –estas sí, estas más- no sólo mantienen la apariencia de la piel lustrosa, uniforme, hidratada, y lisa. También combaten la agresividad de la radiación ultravioleta y reducen su potencial cancerígeno, una enfermedad que, a pesar de las campañas, viene incrementándose en los últimos 30 años.

La exposición a la radiación solar es uno de los principales factores de riesgo de contraer cáncer de piel. Los responsables son los rayos UV, apenas una pequeña porción de los rayos de sol, capaces de dañar el ADN celular. Existen tres tipos de rayos UV: UVA, UVB y UVC. Los dos primeros, causantes de envejecimiento, arrugas y  quemaduras, se relacionan con todos los tipos de cáncer de piel.

La mejor manera de evitarlos es, como en el caso de la procreación –por poner un toque humorístico- la abstinencia. Con Dios y por la sombra, hija mía. Y con camisa, o paraguas, como hacen las asiáticas, pertrechadas de sabiduría oriental los 365 días del año.

rejuvencimiento

También es interesante usar sombrero y gafas de sol. Por supuesto, un buen protector solar en la cantidad adecuada y con su reposición cada 2 horas, antes si te has bañado. Y como hilo conductor de todas las prevenciones, nuestro querido sentido común: evitar los excesos con el sol en las horas peligrosas (de 12 a 18) y, en general, huir de los atracones de verano y procurar hacer una toma sensata y moderada durante las estaciones más suaves, la mejor receta para asimilar la saludable y necesaria vitamina D.

¡Y, no te quemes!