A nadie le amarga una cucharadita de caviar. De caviar bueno, beluga ‘pata negra’. Uno de los manjares clásicos de la Navidad -y de otras fiestas de guardar-, se integra en la conocida crema Skin Caviar Luxe de La Prairie. Lujo para la piel, que se convierte en algo como la tostadita sobre la que untar el oro negro.
¿Sabía usted que… es la crema más vendida de la firma suiza en nuestro país, que es España, no Suiza ni Alemania? Y no es la más barata, precisamente.
En esas bolitas negras provenientes del esturión del Caspio, quizá poco apetecibles a simple vista, pero apreciadas por su salino y refrescante sabor como delicatesen, se esconden valiosas vitaminas, como la E, B5 y B12, minerales como el magnesio, el sodio y el hierro, proteínas de alto valor biológico y ácidos grasos Omega 3.
Estas propiedades, mezcladas en los laboratorios de La Prairie con ingredientes como extracto de algas, proteína de trigo, árnica o caléndula, prometen mejorar la elasticidad y el tono de la piel, redibujar (¡y elevar!) los contornos faciales y dejar el tejido sedoso gracias a su contenido natural en AHA (ácidos alfahidroxiácidos, que exfolian delicadamente la piel).
Vuelta a la analogía de la piel reseca y la tostada. Todo un capricho cosmético fuera del alcance de los bolsillos no-privilegiados. ¿Quizá un lugar común, a tenor de lo visto que está el caviar en cosmética?
Skin Caviar Luxe Cream de La Prairie. La composición incluye una batería de antioxidantes, que me pregunto si se mantendrán estables una vez abierto el frasco. Hay que probarla para cerciorarse, y como no me ha tocado ni el reintegro, tendré que conformarme con la latita de sucedáneo de caviar para el desayuno.
Se aplica mañana y noche después de la limpieza y el tónico, sobre rostro, cuello y escote. Tal y como se aplican todas las cremas con movimientos ascendentes y suaves.
Precio: 625 euros / 100ml.
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