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Uno de estos días de frío y anhelo de proximidad con los seres queridos, Orlane me dio la oportunidad de probar un tratamiento estrella en pareja junto a una de mis amigas, en la idea de contar la versión profana además de los textos ‘sacros’ (un decir).

Quienes ejercemos esta profesión probamos muchos tratamientos. Una de las facetas más gratas del trabajo, sería injusto decir otra cosa. Nuestras amigas suelen contemplar tanto sube y baja a las camillas con mal disimulado deseo. ¡Ah!, prestar el cuerpo a la ciencia, cumplir una labor social palmaria. Quién no querría contribuir a la sociedad en pleno. Y además, pocos testimonios son tan interesantes de difundir, precisamente por libres e inocentes, por su visión renovada.

Creme Royale

Creme Royale

Orlane se estableció en la Avenue Victor Hugo de París en 1968. Para ambientar con bien de charme y savoir faire la historia de la casa, nos citaron en el Hotel Orfila, de refinado estilo decididamente francés. Cálida acogida.

La cosa era de lo más Royale y luxury, muy al hilo del lujo francés que Orlane, entre otras, abandera en cosmética: el tratamiento Royale, con oro de 24 kilates antioxidante y protector, y jalea real, que actúa como conductor de los principios activos y los ayuda a penetrar en profundidad.

Cada una en nuestra mullida camilla, en silencio sepulcral sólo animado por la clásica banda sonora de pajaritos y arroyos de agua, recibimos la limpieza exfoliante que prepararía nuestra piel para recibir el tratamiento con la línea Royale, crema de rostro, de cuello y escote, elixir, mascarilla biomimética y contorno de ojos.

“Lo mejor”, comentó mi amiga, “el masaje relajante y drenante por rostro, cuello y escote”. Un detalle a valorar, añadí y coincidimos, el masajear los brazos mientras actúa la mascarilla –que hay quien te deja a tu suerte y me consta que no todo el mundo goza de una rica vida interior-.

Elixir-Royale-Orlane

Elixir Royale

A destacar el elixir de juventud, un concentrado puro de Jalea Real y oro que revitaliza la piel y combate arrugas, manchas y opacidad. Una pócima de súper lujo que colma el rostro de oligo-elementos y vitaminas, retensa el tejido, fortalece las defensas, despigmenta las manchas y añade propiedades purificantes y anti-inflamatorias, factor clave en la ‘batalla’ antiedad.

Precio: 495 euros.

El resultado de tanta metalurgia, una piel “luminosa, jugosa, lisa y uniforme. Los olores, una auténtica maravilla”. El rostro de mi amiga era un esplendoroso poema, pura fiebre del oro. Pasamos esa mañana bastante más relajadas que de costumbre, no en vano el tacto humano tiene la virtud de apaciguar e inducir un estadio de satisfacción y sosiego.

La luminosidad “aún era notable al día siguiente”. La experiencia, digna de repetirse. ¡Ánimo, firmas de cosmética! Hay todo un género periodístico por descubrir en las experiencias de las profanas.