oxigeno

Querida urbanita mía, ratita presumida de asfalto, audaz transeúnte que recorres tu ciudad con pericia de taxista y temeridad de ciclista, dime, ¿no echas un poco en falta algo de oxígeno en tu piel? ¿Algo de jugo, tono saludable y luminosidad, la sensación de que las células ‘respiran’? Un sorbito siquiera, sin abusar, algo que te dure hasta las próximas vacaciones lejos de la plasta gris a la que llamas cielo.

Yo sí. Y no debo ser la única porque sin –desesperada- demanda, no habría oferta. Y se lleva, se lleva esto del oxígeno en alta concentración, cómo no se va a llevar si hasta existen los bares donde te lo sirven para que inhales como en los fumaderos de opio clandestinos pero en sano. Bendito sea el O2 que nos da la vida, regenera y embellece. Achuchada y ‘sedienta’ de la sustancia, he estado en Gema Cabañero prueba que prueba y me han enchufado una dosis tópica que no creeríais, pura vida, pura fuerza de cambio, y perdón por el eslogan preelectoral, pero la cosa se nota y con perseverancia e inversión económica debe ser la bomba. Y sin pinchazos. 

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Conocí este centro hace un par de meses y me quedé flechada con la propuesta de diagnóstico personalizado, con máquinas como de tecnología espacial que profundizan hasta el origen de nuestros ‘males’ físicos.

Peso, altura e indíce corporal, tensión y valoraciones básicas, sí; pero además decodificación de la piel para evaluar sus componentes –los resultados son inimaginables- y lectura del colágeno del ojo. Esta última también aporta factores emocionales y sorprendentes pistas sobre el estilo de vida. Muy recomendable si te gusta escarbar en ‘tus circunstancias’.

En Gema Cabañero, este código fuente sirve de base para prescribir el tratamiento. Que en este caso no ofrecía lugar a la duda: mi piel pedía oxígeno con la fuerza de los mares –por todo aquello del desenmascarado estilo de vida y tal, quizá sería más apropiado decir de los bares, y no precisamente de oxígeno-.

La Oxigénesis arranca con un peeling personalizado con el arrastre justo para eliminar las células muertas sin irritar la piel y prepararla para el elemento ‘extraño’, el O2 que todo lo reaviva.

A continuación, el oxígeno puro al 90% combinado con activos reconstructores y reequilibrantes que elevan el tratamiento a la máxima expresión. Se aplica con una especie de ‘pistola’ que va expeliendo la sustancia delicadamente.

La mascarilla personalizada con activos nutrientes y calmantes sella los beneficios de la oxigénesis. El sérum final culmina un tratamiento que deja buena cara al instante, fresca, jugosa y nutrida. Cuidado con los posibles efectos secundarios para urbanitas curtidas en gases innobles: de tanta armonía y paz de espíritu, me quedé traspuesta en la camilla y tuvieron que sacarme con espátula.

Precio: desde 85 euros por sesión de 60 minutos (la primera puede durar 90 contando con el diagnóstico previo)

Bono de 6 sesiones desde 559 euros.

 

Gema Cabañero

Don Ramón de la Cruz, 69

28001, Madrid

Tel: 913092523