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Aires históricos y señoriales para la fragancia más popular de Loewe, guiño al origen español de la histórica marca. Aire, el perfume femenino más reconocible de la firma se cuela dentro de un perfumero de lujo realizado de manera completamente artesanal en La Real Fábrica de Cristales de la Granja. Edición limitada de sólo 300 ejemplares, regalo para el Día de la Madre que, sin salir de lo típico, tiene su punto.

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Loewe nació en Madrid en 1846 como un pequeño taller de marroquinería, pero a finales del siglo XIX, gracias al talento de Enrique Loewe Roessberg, comenzó a vestir a los personajes más importantes de la época, entre ellos, a los miembros de la Casa Real Española. El idilio de la familia con el artesano alemán fue tal, que en 1905 le concedieron el título de Proveedor de la Casa Real.

Seguro que paseaban sus diseños por una de sus residencias, el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso, donde también está la célebre Real Fábrica de Cristales. Con más de dos siglos de historia, todavía hoy se siguen fabricando las exquisitas piezas de la misma manera que en los orígenes, de manera totalmente artesanal, con caña de soplar y la ayuda de moldes. Así se han realizado los 300 perfumeros, soplados uno a uno por sus maestros artesanos.

En el año en el que Aire celebra su 30 aniversario y coincidiendo con el Día de la Madre, Loewe ha querido hacer gala de su corazón español y artesanal uniéndose a La Real Fábrica de la Granja. Así ha nacido una edición especial y limitada de perfumeros, cada uno de ellos es una pieza única, una joya en sí misma.

Estarán en el punto de venta hasta fin de existencias y se podrá adquirir por la compra de Aire Loewe.