Nunca he escuchado y leído tantos chistes alrededor de unas sandalias y algún problema con sus dedos meñiques. Además del titulo de alcaldesa, le han colgado el de velociraptor, que si los dedos retrovisor, que si los ‘dediles’, o sea, dedos de edil, que si puede teclear con ellos en la tableta. Nunca un par de dedos del pie dieron tanto cuartelillo en las redes sociales. La cosa es que la flamante alcaldesa de Jerez de la Frontera, la socialista Mamen Sánchez, acudió a su investidura con unas sandalias con cuatro tiras cruzadas. Y lo malo es que los meñiques de ambos pies asomaban totalmente a modo de percebes por los laterales de las sandalias. ¡Qué daño!

Al margen de bromas, lo cierto es que no es saludable ni recomendable llevar así los dedos de los pies porque para Manuel Garabal, fisioterapeuta desde hace 30 años, y director de la clínica Balfón, “pienso que al menos lleva uno o dos números menos del que le corresponde. Eso es perjudicial, en primer lugar porque los meñiques se le pueden enganchar a cualquier sitio y provocar luxaciones o fracturas en la falange del dedo. Además, a nivel biomecánico puedes sufrir una alteración ya que el tendón queda elongado y forzado de su recorrido natural , lo que provoca una sobretensión en todos los extensores de los dedos del pie y, por tanto, posibles problemas entobillo y rodilla exterior, además de en el propio pie. No es normal llevar los pies así. Lo suyo es usar un calzado adecuado que te recoja el pie y proteja los dedos”.

La verdad es que los españoles siguen ‘consumiendo’ demasiados zapatos de las tiendas de Todo a cien y de artículos chinos, siempre de baja calidad. “Hay que tener muchísimo cuidado con las chanclas, sandalias y zapatos de plástico en general. Yo los vetaría especialmente en verano porque en la clínica vemos con frecuencia dermatitis, reacciones alérgicas a los tintes de mala calidad, ampollas y hasta quemaduras en los pies, que necesitan respirar, opina Sandra Garabal, podóloga y fisioterapeuta de la Clínica Balfón.

¿Que más nos aconseja respecto al calzado veraniego, cuando el pobre pie tiene que aguantar los calores, sudores? “Que se busque sobre todo un calzado ergonómico, que no está reñido ya con que sea bonito o de moda. Cada vez hay más variedad y gente que aprende que si no cuida la comodidad del pie, todo el cuerpo acaba resintiéndose. Recomiendo un calzado no del todo plano, es decir, con un tacón de un centímetro y medio por lo menos. Y mejor lleva algún tipo de sujección para el tobillo: si el pie te ‘baila’ al andar pueden producirse esguinces, tendinitis...porque el pie no encuentra su centro de gravedad. El pie necesita y busca su punto de equilibrio para que no se produzcan sobrecargas musculares“.

Así que ni stilettos de Louboutin, ni chanclas de dos euros, ni ‘romanas’ anudadas a la pantorrilla que la opriman, dice Garabal. Y, a ser posible, el tobillo y los deditos resguardaditos. No vaya a ser que pase un coche y se nos lleve un dedo por delante…

Clínica Balfón.

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