¿Cómo es un diálogo con uno mismo? Quizá Maison Martin Margiela podría responder a esa pregunta. Réplica es su colección de perfumes a imagen y semejanza de las prendas y accesorios de la casa. Fragancias personales, emotivas, que reflejan la temática de cada colección femenina o masculina desde 2012, su inspiración concreta y única, en un abanico olfativo a mayor gloria de la atemporalidad. Una colección viva y en eterno movimiento con conexiones emocionales. Un ejercicio de memoria que es pura creatividad.

A estas alturas de vida moderna y de enamoramiento de la moda juvenil, no falta quien sostiene que el perfume es un accesorio más, como un bolso, un par de pendientes o esa camiseta de rayas que nos da una imagen tan característica.

La relación entre moda y perfume es evidente. Por nuestra manera de combinarlos y por la propia génesis de las fragancias en las casas de moda, que han visto en la división de perfumes su tabla de salvación en tiempos de crisis. Quizá no podamos adquirir un look de Miu Miu –o de Maison Martin Margiela-, pero siempre podremos hacernos con el tarrito de las esencias que goza del mismo logo. De eso, entre otras cosas más líricas, va la Réplica de Maison Martin Margiela.

Pero dejemos a un lado lo prosaico y vayamos con la poesía. Hay mucha en estas fragancias que contienen un pasaporte a un momento preciso –y ‘universal’-. Y aunque la descripción no es extensa, basta y sobra para hacer volar la imaginación.

 

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Réplica, de Maison Martin Margiela.

Beach Walk (Calvi, 1972): un momento tan familiar como añorado, sobre todo ahora que las vacaciones adquieren el fantasmagórico aspecto de un espejismo. La brisa agita la vegetación que linda con la costa y la sal marina recubre nuestra piel con un velo fino y crujiente. Beach Walk es tan transparente como lo que sugiere: un paseo por la playa con las radiantes notas de la bergamota, la leche de coco, el limón, la pimienta negra y el almizcle.

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Lipstick On (Chicago, 1952): en la intimidad de un apartamento, una mujer aplica el toque final a su maquillaje. Una nube de polvos de arroz sirve de contrapunto a la intensidad del labial. Lipstick On recuerda un ritual de aseo de antaño en una fragancia moderna y sofisticada. Con aceite de bergamota, acorde heliotropo y aceite de neroli; absoluto de flor de naranjo, concreto de iris y aceite de gálbano; absoluto de haba tonka, extracto de vainilla bourbon y aceite de pachulí.

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Flower Market (París, 2011): crujiente frescor de pétalos. Las flores recién cortadas, los pétalos húmedos, las plantas acordonando el suelo, una multitud de composiciones florales…

Con acorde de hojas verdes y Fresia; jazmín Sambac de la India, infusión de jazmín egipcio, infusión de nardo, rosa de Grasse y melocotón; madera de cedro y musgo de roble.

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Funfair Evening (Santa Mónica, 1994): delicia dulce y delicada que evoca el algodón de azúcar de las ferias. En el cálido aire nocturno, el sonido de la risas y la melodía de los juegos. El brillo centelleante de los neones multicolores rompe la oscuridad. El color reina, vibrante y explosivo. Un aroma a golosina se extiende en el ambiente.

Con petitgrain, manzana dulce, éster de pera, anís estrellado y neroli; infusión de rosa marroquí, nardo e infusión de naranja egipcia; ambroxan, almizcle blanco, vainilla de Tahití y caramelo.

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Lazy Sunday Morning (Florencia, 2003): piel suave y ropa de cama. Un cuerpo sedoso entre unas blancas sábanas deshechas y el reconfortante aroma de la lavandería recién hecha. El tiempo pertenece al instante, los recuerdos y las sensaciones.

Con aldehídos, acorde de pera y acorde de lirio del valle; acorde de iris, absoluto de rosa y acorde de flor de naranja; acorde de almizcle blanco, aceite de pachulí indonesio y absoluto de semillas de hibisco.

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Promenade in the Gardens (Oxfordshire, 1986): senderos repletos de flores y sombras. El romanticismo de los jardines británicos, donde los viandantes se pierden –y encuentran- entre las frescas hojas verdes y las notas florales.

Con acorde crujiente verde, acorde de Fresia y aceite de coriandro; aceite de rosa Turca, acorde de peonía y absoluto de jazmín Sambac; aceite de pachulí, aceite de vetiver y aceite de madera de sándalo australiano.

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Jazz Club (Brooklin, 2013): cócteles, música, despreocupación. La tradición ha arraigado a lo largo de las generaciones, marcando para siempre en la agenda la dirección de este club de jazz en Brooklyn. Una antología de notas clásicas y tonos cobrizos, entre las barras de bar y el piano donde reposan algunos cócteles.

Con pimienta rosa, limón y aceite de neroli; absoluto de ron, aceite de salvia y aceite de vetiver de java; absoluto de hoja de tabaco, vainilla y resina de styrax.

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At the Barber´s (Madrid, 1992): afeitado con notas amaderadas y reminiscencias de cuero. El sonido de la brocha contra el recipiente metálico de la crema de afeitado, la fricción seca y contundente, la suavidad de la toalla, la quintaesencia de un ritual masculino que no pierde vigor. Con esencia de naranja amarga, acorde de albahaca y pimienta negra; esencia de geranio, lavanda y esencia de romero; haba tonka y almizcles blancos.

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Tea Escape (Tokyo, 2008): reconfortantes burbujas de té verde. Una ciudad ruidosa, frenética. En el corazón de este caos se halla una habitación en calma, en la que descubrimos la vaporosa seda de una blusa, un tatami, el velo del vapor y el aroma de un servicio japonés de té.

Con esencia de bergamota, menta y pimienta rosa; absoluto de jazmín Sambac, flor de Osmanthus y té verde; absoluto de mate, hojas crujientes y acorde de leche.

Precio Réplica de Maison Martin Margiela: 85 euros / 100ml.