Los británicos The Mirror y The Sun fueron los primeros en difundir la noticia: parece que el escrotox, botox para la bolsa escrotal que suena a chiste de Miguel Noguera, se postula como tratamiento médico estético a la alza en EE.UU. para eliminar la sudoración, quitar las arrugas y paralizar la musculatura de la zona, ennobleciendo y realzando esos elementos de la anatomía masculina.

Como entidad humana que disfruta de tan pendulares atributos de la naturaleza, ¿qué opinas de estas supuestas mejoras?  ¿Estamos ante un caso de fatuidad testicular o es otra de esas técnicas que vamos a defender como positivas frente a un posible complejo? Contamos con el Dr. Moisés Martín Anaya, especialista en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, para sacarnos de dudas.

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Después de la vaginoplastia y el blanqueamiento anal, llega a nuestras sufridas y endebles autoestimas el escrotox. ¡Manda huevos! ¿Qué no podremos mejorar mediante la medicina estética? ¿Te imaginas al macho ibérico por antonomasia, ése que se amasa el material con la rotundidad de Javier Bardem en Huevos de oro, recurriendo a esta técnica?

Yo no, y el Dr. Martín Anaya, tampoco. “Desconozco si esta técnica se realiza en nuestro país, pero, desde luego, la rechazo de pleno por ridícula, absurda y por estafar al cliente”.

Hay que tener en cuenta que la bolsa escrotal, si alguna vez has observado una de cerca, es un mar de pieles que se repliegan sobre sí en un acúmulo prácticamente insondable. De ahí la futilidad (y el engaño) de pretender eliminar las arrugas con una inyección de toxina botulínica. Y aunque se lograra tan bizarro objetivo, el resultado sólo duraría 6 meses, ¡con 6 semanas de abstinencia para asentar el producto en la zona! Echen cuentas a ver si les compensa.

Otro de los escollos razonables y cuantificables es el precio: alisar el saco escrotal sale a 3.200 euros de broma. “Es un auténtico disparate”, advierte el Dr. Martín Anaya sin ambages. “El precio multiplica por 100 el precio medio de una inyección de botox, que suele rondar los 300”.

Así las cosas, difícilmente encontrarás un profesional guiado por un código deontológico sólido y ético en esta astracanada escrotal. La Cirugía Estética, como nos recuerda el experto, es “una rama de la Medicina con vocación de servicio para el paciente”. No una proyección frívola de tratamientos más propios de una película de serie Z.