Además de perder los dientes, unas encías inflamadas pueden ser la causa de otras enfermedades colaterales, como la diabetes o los problemas cardiovasculares.

Julia Roberts ya no sería Pretty Woman… sino ¡ Desdentada Woman! Pobre Julia Roberts, con la bonita sonrisa que tiene… Esto es lo que podría suceder si tuviera periodontitis, enfermedad que progresa desde la gingivitis, un mal de las encías que se caracteriza por sangrado e inflamación y que está causado por la acumulación de los depósitos de placa bacteriana sobre los dientes y cerca de las encías.

Así están las encías, rojas e inflamadas cuando padecemos gingivitisperiodontitis. Además, las encías y la boca en general no son un ente separado del resto del organismo. Aunque no lo creamos, las enfermedades de las encías aumentan el riesgo de padecer otras enfermedades, como las cardiovasculares o la diabetes. Y como casi todo tiene solución, hemos ido a buscarla para contaros qué hacer.

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Hace un mes más o menos, cuando acudí a la presentación del cepillo de dientes Oral-B Genius, coincidí con unos de los grandes expertos peridoncistas de nuestro país, el doctor David Herrera Gónzalez, profesor de periodoncia de la Universidad Complutense de Madrid. Y lo que nos contó a los que acudimos fue tan importante que no he dudado ni un momento en contároslo.

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Dr. David Herrera González, profesor de periodoncia de la Universidad Complutense de Madrid.

Los datos son de poner los pelos de punta, porque las enfermedades bucodentales están entre las más prevalentes del ser humano y las dos más frecuentes son las caries -el 40% de la población mundial tiene caries no tratadas- y las enfermedades periodontales, que son las enfermedades de las encías.

Según los datos que aportó el doctor Herrera, se calcula que sólo el 15% de las personas adultas tiene las encías sanas. Digo “tiene” porque yo soy una del otro 85% restante que tenemos problemas de encías; unos mal, con una inflamación superficial, que se denomina gingivitis, y otros peor, con una inflamación más profunda que acaba destruyendo los tejidos que sostienen los dientes y que es la periodontistis, también llamada piorrea (¡qué nombre tan feo!) y que era como se conocía hace años.

Otro dato tremebundo es que la periodontitis la padece entre el 25 y el 45% de la población y que la periodontitis severa afecta al 11,2% de la población mundial; además, es la sexta patología más frecuente y afecta en mayor medida a adultos.

¿Qué causa la periodontitis? Nuestra boca está llena de bacterías. Lo sé, es poco glamuroso pero es la pura verdad y esas bacterias, junto con las mucosidades y otras partículas, están constantemente formando una placa pegajosa e incolora que se deposita sobre los dientes. Esta placa se suele limpiar, y cuando no, se endurece y forma unos depósitos llamados sarro, que el simple cepillado no puede eliminar. Si el sarro no se suprime, las bacterias campan por nuestros dientes e inflaman las encías. Algunas personas (me incluyo) “creamos” mucho sarro aunque la limpieza sea rigurosa y utilicemos un buen cepillo de dientes, el dentífrico adecuado, usemos seda dental o cepillos interdentales y nos hagamos limpiezas de boca con frecuencia. Ello es debido a que hay un factor que se nos escapa y que es el tipo de pH de nuestra saliva, que puede ser ácida o básica. La ácida es un medio ideal para el metabolismo de algunas bacterias existentes en la boca, y el ataque de las bacterias contra el diente será por tanto más eficaz y corrosivo en medio ácido, dando lugar a dientes más susceptibles a la caries, mientras que una saliva con un pH básico es un medio ideal para la formación y acumulación de sarro.

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Si hay periodontitis se inflaman las encías, sangran, se empiezan a mover los dientes y se pueden llegar a perder. Sí: perder dientes y no es una broma quedarse como “el cuñao” o “el risitas”, aunque estos personajes fueran tan simpáticos y divertidos.

Perder dientes afecta a la fonación, a la estética dental, la alimentación, las relaciones sociales, y a la seguridad de las personas: muchas de ellas se ven obligadas a perder la sonrisa o abrir la boca lo menos posible.

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El “risitas”, un actor con una dentadura imposible.

Quizá lo que pocos sepan es que esta enfermedad crónica infecciosa de naturaleza inflamatoria no sólo afecta a la boca sino que la periodontitis incrementa el riesgo de sufrir patologías cardiovasculares y diabetes, como lo demuestran muchos estudios científicos. Y esto sucede porque cuando hay una periodontitis corretean por nuestra boca miles de millones de bacterias (¡qué digo, millones de millones!) y que no sólo se quedan debajo de nuestras encías, no, sino que se van de viaje por nuestro organismo y llegan a la circulación sistémica, a nuestra sangre, y lo que origina es que nuestro organismo esté más inflamado y cualquier patología se puede hacer más frecuente. Por ejemplo, y que conste que no es para asustar sino para informaros: los pacientes con periodontitis severa tienen más riesgo de sufrir un infarto porque se favorece el proceso de formación de placas de ateroma, y los pacientes con diabetes tienen más riesgo de que no se controle la glucemia. Y no lo digo yo, que soy una mera transmisora de información, sino la Sociedad Española de Periodoncia, que se ha puesto manos a la obra para intentar lograr estrategias preventivas que permitan promocionar la salud tanto bucodental como cardiovascular o de control metabólico. Y ya se han constituido grupos de trabajo con la Sociedad Española de Diabetes, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, la Sociedad Española de Cardiología y, recientemente, con la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).

Las buena noticia es que estas enfermedades de las encías se pueden prevenir. ¿Cómo?

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Un buen cepillado, uso de la seda dental o de los cepillos interdentales y un buen dentífrico son los aliados de una higiene bucal perfecta.

Ahora, lo difícil va a ser que nuestra Seguridad Social sea capaz de atender las peticiones de todas estas sociedades médicas. Reconozcamos que ir al dentista es caro. Y no digo que no lo valga, no, sino que muchos bolsillo no pueden pagar muchos tratamientos. No creo que mi palabra valga mucho y no creo que haya nadie de nuestro reciente gobierno que me lea pero.. por si acaso, que se sepa que (y cito palabras textuales del doctor David Herrera González) “las personas que tienen las encías sanas cuestan mucho menos dinero a las arcas públicas porque los costes de las enfermedades cardiovasculares y la diabetes se reducen entre un 30 y un 40%”. 

¡Hagan cuentas, señores del gobierno!