El secreto a voces del tipazo de las celebrities no es su entrenador personal ni la última tecnología electrónica de musculación. Ni siquiera los batidos de superalimentos, los 3 litros de agua al día, las 8 horas de sueño, correr detrás de los niños o, ¡ja!, la genética… Es la lencería reductora, uno de esos inventos que lleva un ciento entre la humanidad y que en los últimos años se ha glamourizado por obra y gracia de marcas como Spanx o Hanky Panky. La lencería reductora de última generación mantiene el concepto y la funcionalidad de antaño (sin ser tan agresiva como el corsé que se calzaba Escarlata O´Hara) con ese punto sexy y cómodo que se echaba de menos para sujetar las carnes. Comprobado por ésta que suscribe.

 

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Somos muchas las que abominamos de la lencería reductora por varias razones. Es, o era, fea como el dolor, produce claustrofobia y encima da un calor infernal. Es evidente que había mucho por hacer en ese terreno, y que una firma que pudiera dar respuesta a la humana ‘inquietud’ de enfundarse un atuendo ajustado sin desparramarse por todas partes, iba a ser un éxito.

Hanky Panky llega aureolada por su triunfo en ventas en Estados Unidos. Fiel a su política de respeto al medioambiente (minipunto para ellos), apuesta por las telas recicladas y los tejidos orgánicos (además de hipoalergénicos). El best-seller es, precisamente, el tanga, que goza de la consideración de ser el más cómodo del mundo. Cuenta con 30m de tela, ni uno más ni uno menos, y debe durar toda la vida. Lo que no entiendo bien es qué comprime exactamente un tanga, pero para esa tarea también cuentan con culottes, sujetadores, camisetas interiores, fajas, camisones… Todo tan reductor como el abrazo de una serpiente pitón. ¿La usará doña Melania?…

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Spanx es ya una vieja conocida en esto de la reducción de volúmenes. Es la firma más popular entre las famosas, quienes se la plantan sin reparos bajo los Hervé Leger y han sido las perfectas embajadoras espontáneas –y gratuitas- de una firma que apenas hace publicidad en nuestro país.

De diseños sencillos y colores neutros (negro y nude), se declinan en cientos de formas y tipos de compresión: para el torso, los muslos, las caderas, el conjunto cintura-glúteo-cadera…

He probado una camiseta y unas medias y son bastante cómodas, incluso para las que no aguantamos ni los pitillo, pero en mi opinión dan mucho calor. Eso sí: cualquier prenda que te pongas encima te quedará como hecha a medida.

Puedes encontrar ambas firmas en El Corte Inglés y Calzzas.