Tangle Angel no es la etiqueta de un tanga lencero de pasarela, ni el nombre artístico de una vedette, el de un tango, o el del nuevo pub de la esquina. Es El Cepillo Más Desenredante de la Galaxia (tangle significa ‘enredo’, ‘embrollo’), y no lo digo yo, que tengo una de esas melenas que con los dedos tienen suficiente, sino su alud de consumidores, quienes revalidan el título año tras año en todos y cada uno de los 24 países donde se vende.

Para aumentar el morbo, la herramienta tiene linaje. Su padre es nada menos que Richard Ward, ‘tijeras’ de celebrities y de destacadas Royals británicas y abanderado de las tendencias más innovadoras de la industria capilar del Reino Unido.

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¿La criaturita en sí? Un utensilio que combina estratégicamente púas largas, medias y cortas en un sistema de onda que incluye tecnología antiestática, antibacteriana y resistente al calor para que puedas usarlo mientras utilizas el secador. El invento se lanzó como una herramienta de uso en salón, de donde saltó al canal de compras británico del programa QVC en 2012, y de ahí al resto del mundo tras conocer un éxito fulgurante en la tarea de desfacer entuertos capilares.

Una gallina de huevos de oro que ha vistoampliar la familia en tres subproductos, Tangle Cherub, la adaptación infantil del cepillo original (el fin de las pesadillas de aseo para muchos, seguro), Angel Shine, cepillos circulares de peinado que ayudan a aplanar las cutículas cuando nos secamos el pelo de paso que aumentan el brillo gracias a la disposición en V de sus cerdas de jabalí y (agárrate) Pet Angel, el cepillo para mascotas que pone broche a este idílico sueño de cepillado perfecto.

Para casos particularmente difíciles, existe una versión aún más desenredante conocida como Tangle Angel Xtreme, que también se recomienda para peinar las extensiones.

Puedes encontrar Tangle Angel en salones y en internet.

Precio Tangle Angel Classic: 14,95 euros.