Si tu hijo tiene más de ocho otitis al año, dos o más sinusitis graves, toma antibióticos sin resultado o no aumenta de talla o de peso puede ser que padezca alguna inmunodeficiencia primaria y no esté diagnosticado.

Con alguna de estas inmunodeficiencias primarias, los niños tienen más riesgo de sufrir ciertas patologías alérgicas, infecciones, enfermedades autoinmunitarias o neoplasias. Esto no lo dice Bellaza Pura sin más. Lo dice la doctora Elena Seoane, responsable de la consulta de Inmuno-Alergia Infantil del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid y miembro del Comité de Inmunología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica.

inmunodeficiencias primarias

 

Las inmunodeficiencias primarias (IDP) son enfermedades genéticas que afectan al sistema inmunitario y lo que ocasionan son pautas anormales en el desarrollo, maduración o función de las células del sistema inmunitario. Por ello, los pacientes con IDP tienen un riesgo mayor de desarrollar algún tipo de enfermedades. “Es posible que muchos pacientes terminen pasando, en algún momento de su vida, por la consulta de un alergólogo ya que los síntomas se parecen. En determinados países son estos especialistas los que se hacen cargo de la patología”, explica la doctora Elena Seoane. responsable de la consulta de Inmuno-Alergia Infantil del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid.

Las inmunodeficiencias primarias son enfermedades muy poco conocidas, por lo que han entrado a formar parte de las denominadas “enfermedades raras” cuando no lo son. “La incidencia total del conjunto de IDP en la población se calcula que es mayor de un caso por cada dos mil personas, esto es, más que la diabetes o la fibrosis quística”, añade la doctora Seoane.

El diagnóstico precoz es esencial para mejorar el pronóstico de estos pacientes. Según la doctora Seoane “existen patrones clínicos que nos permitirán llegar a la sospecha de IDP con mayor certeza (patrón de infección de repetición, patrón de hipersensibilidad…).

inmunodeficiencias primarias

Por este motivo y para mejorar el conocimiento y diagnóstico de las inmunodeficiencias primarias, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEIAC) ha querido hacer incapié en los signos de sospecha que se observan en la mayoría de las entidades aunque no todas se manifiestan como infecciones recurrentes.

  • Ocho o más otitis en un año
  • Dos o más neumonías o sinusitis en un año
  • Abcesos profundos o viscerales recidivantes
  • Dos o más infecciones sistémicas
  • Retraso en el crecimiento
  • Aftas o muguet recidivante después del año de edad
  • Necesidad de dos meses de antibiótico parenteral
  • Fenómenos autoinmunes frecuentes
  • Fiebre con sospecha de periodicidad
  • Bronquiestasias sin causa aparente
  • Antecedentes familiares de inmunodeficiencia primaria
  • Rasgos dismórficos asociados a infecciones de repetición

Estos signos de sospecha, junto a exploraciones complementarias básicas, van a permitir un mejor diagnóstico porque, aunque por lo general las IDP no se curan, “por suerte, los tratamientos sustitutivos con gammaglobulinas, la administración de interferón o una correcta profilaxis antibiótica, si se precisa, más una serie de autocuidados básicos como la fisioterapia respiratoria, el lavado y la desinfección de las heridas han mejorado el pronóstico y calidad de vida de estos pacientes”, concluye la alergóloga.

Importante: NO es una ENFERMEDAD RARA, y la incidencia es de 1 de cada 2.000 personas.