Alrededor de 2,6 millones de mujeres en España padecen síntomas relacionados con la menopausia que afectan a su calidad de vida. Seis de cada 10 no reciben ningún tratamiento médico para combatir los síntomas, según advierte la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM). Las mujeres no acuden al médico por diversos motivos, como el miedo y la vergüenza a consultar, así como las falsas creencias sobre la terapia hormonal, lo que ha llevado a una hormonofobia en nuestro país, incluso entre los propios médicos, como admite la AEEM.

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Maitxu via Foter.com / CC BY-NC-SA

La edad del abanico, la llaman algunos; esa edad indefinida, entre los 45 y los 55 años o más en la que o llevas un abanico o los sofocos te amargan la vida. Estos son sólo uno de los síntomas, benigno, pero muy cargante que te lleva a querer arrancarte la piel a tiras de la calorina que entra desde lo más dentro de tu ser. ¿Los conoces, no?

El 80% de las mujeres presentan en diferentes grados, además de los sofocos, insomnio, alteración de la vida sexual y algunos otros síntomas que modifican la vida en la perimenopausia y durante la menopausia, según la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM). El presidente de la asociación, el doctor Plácido Llaneza, afirma que “algunos pueden mejorar; sin embargo otros, como la sequedad vaginal, los cambios en la piel, la caída del pelo o la pérdida de calcio en los huesos empeorarán si no se recibe tratamiento“. Las mujeres, por desconocimiento, por considerar estos síntomas normales para su edad o porque esperan que sea el médico quien se interese por su estado, sobre todo en el caso de los aspectos relacionados con los problemas sexuales, no cuentan a su médico qué les ocurre.

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Hueso con osteoporosis. Internet Archive Book Images via Foter.com /

Para concienciar a las mujeres y a los médicos se ha presentado la Menoguía TSEC en la que se ha volcado toda la evidencia científica disponible sobre la menopausia y su tratamiento. El doctor Joaquín Calaf, coordinador de la guía, ha explicado que “apenas la mitad de los ginecólogos y una minoría de los médicos de familia cuentan con formación actualizada en tratamientos para la menopausia. Muchos creen todavía que el único tratamiento disponible es la terapia hormonal sustitutiva (THS) clásica, por lo que, para evitar sus riesgos sólo recomiendan medidas higiénico-dietéticas”.

La conclusión a la que han llegado los integrantes de la AEEM es que la terapia hormonal libre de gestágenos es el tratamiento más seguro. Los gestágenos son hormonas que no contienen estrógenos en contraposición a la terapia hormonal sustitutiva clásica (THS), que contiene estrógenos y progestágenos y que, en ocasiones, puede conllevar algunos riesgos.

La terapia con gestágenos, según afirman los expertos “es el avance más importante en el tratamiento de la menopausia”. Un estudio a tres años, tras la comercialización de este tratamiento en Estados Unidos, ha puesto de manifiesto que “dispone de una eficacia similar a la THS clásica pero sin sus riesgos más significativos”, ha explicado Joaquín Calaf.

Está indicado para mujeres con útero que lleven un año sin menstruación y que no tengan riesgo de trombosis venosa y, a diferencia de la THS, actúa de forma selectiva sobre el endometrio, lo que ayuda a combatir los síntomas de las menopausia y a prevenir la osteoporosis. El tratamiento ya está incluido en la prestación farmacéutica del Sistema Nacional de Salud desde este año.

Se ha hecho hincapié, además, en que la desaparición de las unidades de menopausia de los hospitales y centros de salud es otra de las barreras para que no se trate la menopausia, ha indicado el doctor Sánchez Borrego, presidente de la Fundación Española para el Estudio de la Menopausia.

Lo que se reclama, y estaréis de acuerdo, son programas integrales de asistencia sanitaria para las mujeres a partir de los 40 años, como existen en otros países, para reducir así los riesgos de salud que aparecen en este periodo. Y, sobre todo, para que todas, a partir de esta edad tengamos las herramientas necesarias para pasar esta época de nuestras vidas sin necesidad de encontrarnos mal o incómodas.