Edward Bodenham, novena generación de perfumistas de Floris, ha venido a Madrid a presentar sus dos últimas fragancias y como no podía ser menos le hemos pedido una entrevista para Belleza Pura. Por supuesto, este gentleman inglés de ascendencia española habló con nosotras para contarnos su visión de los perfumes y, en concreto, de los suyos, que aromatizan no sólo a la Reina de Inglaterra, sino que han puesto sus notas en políticos, aristócratas, actores, actrices y cualquiera que sepa apreciar sus fragancias.

Descendiente de Juan Femenias Florit, un manacorí que llegó a Londres y se dedicó a elaborar perfumes, Edward Bodenham es la novena generación de perfumistas. Todos los años visita Mallorca, donde tiene casa desde 1970 cuando la compró su abuelo, “una casa muy sencilla y muy cerca de la playa”, me confesó. Y lo que también me confesó es cómo le ha gustado Madrid, que se quedó fascinado con el Mercado de San Miguel adonde fue a comer tapas y con una tortilla de patatas que le sirvieron en el madrileño barrio de Chamberí.

Edward Bodenham

Edward Bodenham y Beatriz Peña durante la presentación de los dos últimos perfumes de Floris.

Edward Bodenham es un hombre absolutamente inglés, muy tímido y tremendamente cordial. La timidez se la arrancó Beatriz Peña, la jefa, en esta imagen cuando estiró de su corbata para hacerse la foto. “Estas periodistas…”, pensaría. A la hora de hablar le noté distendido; estaba en su salsa hablando de lo que mejor conocía y contando, por ejemplo, que cuando era pequeño iba por la tienda y, como los perfumes se elaboraban en el sótano de la tienda, desde allí se escapaba un aroma que inundaba toda la calle.

Belleza Pura: ¿Qué cualidades debe de tener a su juicio un buen perfume?

Edward Bodenham: “Unos ingredientes de calidad, que es lo que marca la diferencia. Me gustan los aromas que te llevan a un viaje en las notas de salida, y me gustan aquéllos en los que esas notas de salida son muy diferentes a cómo va a oler la fragancia en unas horas”.

B. P.: ¿Cuáles son los adjetivos comunes a todas las fragancias de Floris?

E. B.: “¡Qué difícil! Mirando en los libros de las fórmulas nos damos cuenta de que hay algunos ingredientes que aparecen bastante, como el orris, la bergamota… He crecido oliendo fragancias desde muy pequeño y me gustaría capturar qué es, pero sí que huelo una fragancia y sé si es o no una fragancia Floris. Me gusta que sea discreta, nada pesada ni estridente, pero sí sofisticada.”

B. P.: En un principio eran fragancias muy mediterráneas. ¿Siguen siéndolo?

E. B.: “Sí, hay muchas, y muchas siguen en la línea mediterránea. Una es Lime (Lima) y está inspirada en Menorca porque Juan Florit (mi antepasado) creció en Menorca. Se creó porque en Londres, en el verano de 1730 cuando él llegó, era un verano muy caluroso y no olía demasiado bien; así que creó este perfume para escapar de este calor y de estos malos olores.”

B. P.: ¿Se ha convertido Floris en una marca nicho o siempre lo fue como toda marca de lujo?

E. B.: “Nunca hemos hecho mucha publicidad y siempre nos han conocido por el boca a boca. En principio, éramos una casa de perfumes artesanos. En muchas otras casas, los perfumes están diseñados por diseñadores, pero no es nuestro caso; somos una casa de perfumistas, creamos perfumes como obras de arte y hemos durado todo este tiempo a través de gente que se lo comunica a otros amigos.”

B. P.: ¿Cómo llega Edward Bodenham a la pasión por los perfumes?

E. B.: “Ha sido mi vida desde que era niño. Me recuerdo visitando a mi abuelo en la tienda. Es muy nostálgico ver crecer esas fragancias; muchas de cuando era niño se mantienen, por lo cual ha crecido en mí de manera natural. Siempre me ha gustado oler cosas, y cuando mi padre llegaba del trabajo, le abría la cartera y me encantaba oler todos los perfumes de la tienda”

 B. P.:¿Qué cambios destacaría en el universo de la perfumería en todos estos años?

E. B.: “Hay muchas más fragancias, sin duda. Hay muchas de diseñadores, de celebrities y ahora hay un montón de marcas nicho; hay un aumento enorme de marcas nicho sobre todo en Oriente Medio. Antes había 10 o 20 lanzamientos al año, ahora hay 400 o más.”

Edward Bodenham

Limes, una fragancia que lanzó Floris en 1832 y que sigue vendiéndose.

 B. P.: ¿Siguen vendiendo todavía las primeras fragancias?

E. B.: “Sí, Limes y Lily of the Valley. También hacemos velas y hace dos años lanzamos la línea de cuidado masculino, Gentleman Floris, una línea de afeitado y cremas hidratantes con la frangancia del nº 89, que es la más popular para hombres”

B. P.: ¿Qué lugar ocupa el creador de perfumes Floris? ¿Usted es el creador?

E. B.: “Sí, yo soy el creador. Nunca nos hemos preocupado del marketing o la publicidad, pero sí nos hemos dado cuenta de que tenemos que susurrar un poco más alto para hacernos oír en un mercado que es ahora más competitivo. Mi pasión es crear perfumes y añadir más fragancias a la colección que crearon mis antepasados. En los últimos años sí tenemos ya una agencia de marketing y de publicidad porque nos hemos dado cuenta de que se nos tiene que oír un poco más.”

Edward Bodenham

B. P.: ¿Cómo se ha preparado para ser un buen nariz?

E. B.: “Oliendo mucho diferentes materias primas para reconocer los diferentes ingredientes de una fragancia. El lenguaje de un perfume es cómo conectas con determinados aromas. Al final no hay un lenguaje escrito de los perfumes, lo importante es cómo te relaciones con ellos. Por ejemplo, el iris, hay gente que le huele a libros viejos y a otros a plastilina. Hay quien el pachuli le huele a tierra, pero al final se trata de combinarlo y de crear algo nuevo que es muy emocional, que te llega a los sentidos.”

B. P.: ¿Cuál es el aroma preferidode Edward Bodenham?

 E. B.: (Titubea mucho) “El olor de la cabeza de mis hijos, pero no cuando se hacen adolescentes (se ríe). Me gusta mucho la lavanda, el almizcle, porque es cálido y confortable; son mis aromas favoritos.”

B. P.:¿Y su perfume de referencia?

E. B.: Elite porque es la que más llevaba mi abuelo por lo cual tengo una conexión nostálgica y si tuviera que elegir una, éste sería mi favorito”.

B. P.: ¿Distingue todos los perfumes de Floris a la primera?

E. B.: “Debería… (se ríe).Me hicieron una de estas pruebas en Japón. Se habían perfumado hacía varias horas y esto sí fue muy difícil porque las fragancias cambian en la piel con el paso del tiempo, pero de 7, adiviné 5. Me molestó no acertar con todas.”

B. P.: “Cree usted en los perfumes unisex u opina que es mejor unos para hombres y otros para mujer?

E. B.: “Los últimos que hemos lanzado son más bien unisex. No les ponemos etiquetas, simplemente los lanzamos. En los primeros años de Floris nunca se decía si era un perfume para hombre o para mujer. Hacia 1920 fue cuando empezó a diferenciarse.”

B. P.: ¿Siguen haciendo perfumes personalizados?

E. B.: “Sí y, además, tenemos las fórmulas de todos los perfumes que se han hecho en Floris. Lo guardamos tanto en papel como en ordenador. Tenemos dos libros de fórmulas antiguos y todo el que quiera puede poner el nombre que quiera a su fragancia”.

B. P.: ¿Cómo se prepara Floris para el futuro?

E. B.: “Primero susurrando un poquito más alto para llegar a más público. Me gustaría que siguieran mis hijos, Tengo tres hijos: dos chicos y una chica y la niña con 6 años ya hizo su primera fragancia con pétalos y agua. Lo metió en un tarro de mermelada y le puso una etiqueta y se lo dio a su madre llamándolo “Pétalos de mi jardín”. Comenté la idea con uno de los directivos y me dijo que llevara allí a la niña y con ella y uno de los perfumistas de la casa hicieron una fragancia que embotellaron a mano, hicieron 100 unidades y la vendieron en la tienda con el nombre “Pétalos de mi jardín”. Es una fragancia deliciosa con notas cítricas y de rosa.”

B. P.: O sea que la continuidad está asegurada…

E. B.: (Se rié). “Eso espero”.