La solidaridad no es ponerse un lazo rosa ni comprar cosmética solidaria. La solidaridad frente al cáncer de mama como ante cualquier otro tipo de cáncer o enfermedad mortal consiste en saltar al ruedo de los mejores tratamientos y cirugía oncológica, y luego lidiar la faena cuerpo a cuerpo, y al toro porque los tratamientos son tipo tortura. Se necesitan avances urgentes.

¡Faltan vítores, sí! Cuando alguna persona de tu entorno tiene cánceres más necesario que nunca mostrar todo tu cariño y amor. Me resulta increíble oír historias de parejas rotas por un cáncer de mama. Eso demuestra que efectivamente las tetas tiran mucho, pero detrás de una teta siempre hay una persona que no está representada por la talla ni el tamaño de su escote. Detrás del pecho está primero el corazón, los pulmones y una sensibilidad tocada y hundida por un diagnóstico que resuena a amarga muerte, antes de atreverse a pronunciarlo.

El cáncer de mama es de color de rosa para todos los que lo viven desde fuera. Cuando lo has pasado sabes que ese color es el del amor, ese ingrediente que no se compra ni se vende, compañero del miedo; otra emoción invitada a a fiesta y que planea sobre las cabezas de todos a los que nos ha tocado de cerca el fantasma del cáncer.

Amor, miedo, pena… todos esos sentimientos que no salen en las fotos de ningún bodegón de productos que año tras año se convierten en estandarte de la lucha contra el cáncer a base de investigación, mucha investigación. Demasiadas investigaciones y emociones sin rumbo, algunas no sirven para nada, en la lucha contra el cáncer, sólo para engordar las listas de venta porque el cáncer vende, igual que el SIDA. El cáncer de mama marca su particular letra escarlata en forma de lazo rosa cada 19 de octubre, aunque los hombres también lo sufran, aquí somos mayoría de féminas, y ellos se sienten muy discriminados.

Gracias mil a todas las publicaciones, revistas, documentales, películas…que normalizan la enfermedad. Gracias a las Fundaciones, Asociaciones sin ánimo de lucro y ongs que destinan su beneficios y esfuerzos a mejorar los tratamientos mediante avances científicos y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Lástima que tampoco haya unión entre todos los estudios que se realizan. En lugar de sumar esfuerzos, hay quien también realiza algunos estudios obvios o que no van a ninguna parte. Triste, pero así es la cara B de la solidaridad mal enfocada, dinero recaudado con destino incierto o mal canalizado.

El cáncer de mama tiñe de rosa todo lo que toca y automáticamente sube los porcentajes de venta, aunque sean compresas no ecológicas y para mayor inri hayan recibido el Hacha de Oro  de manos de Greenpeace por la destrucción de bosques vírgenes para la obtención de celulosa . ” Estrategias perversas, consideradas pinkwashing... denuncias por muchos expertos y recogidas en el documental Lazos Rosas S.L.” dice la periodista Brenda Chávez en su libro Tu consumo puede cambiar el mundo (Península). Estas campañas funcionan y rinden cuentas a unas ventas millonarias. Por cierto y para el que no lo sepa, se da la paradoja que la quimioterapia produce una menopausia química y por supuesto, sin regla no necesitas utilizarlas, el resto de las mujeres sí pueden comprar esas compresas solidarias que están en entredicho porque su composición es un tanto dudosa.

No, no toda la solidaridad se canjea con un par de monedas. Del mismo modo que el Hambre en África sigue sin resolverse, por más monedas que sigamos metiendo en huchas precintadas. Las soluciones pasan por despachos y laboratorios médicos, por la sanidad sin recortes para los enfermos de cáncer, buenos hospitales…
La mayoría de los buenos gestos son gratis y lo sabes, ponlos en práctica cuando alguien de tu entorno padezca un diagnóstico de cáncer. Así de fácil, y de complicado, actúa con normalidad, sin miedo. No hay nada peor que ver el miedo reflejado en la mirada de los demás.
Gracias por tanta ayuda, esa solidaridad palpable pero indefinida y toda esa corriente de buenas intenciones que sobrepasan los límites de la realidad. Sin excesos, por favor.

Seguimos en la lucha contra el cáncer de mama. Mucha fuerza a todas esas bravas amazonas y caballeros que han librado o están librando esa dura batalla. Un paso adelante, tampoco hace falta volverse runners, poco a poco vamos ganando. No somos héroes de nada, tampoco víctimas, sólo supervivientes.

¡Feliz día!