El desayuno es la primera comida del día, pero ¿es la más importante? ¿Qué debemos desayunar?

La Fundación Española de Nutrición acaba de publicar un estudio sobre el desayuno en España en donde se afirma que es la comida más importante del día y que “el desayuno habitual consiste en una bebida caliente (ya sea café o leche con chocolate) acompañada de galletas, cereales de desayuno, pan y/o fruta”. Desde hace un tiempo, los nuevos nutricionistas, un grupo de profesionales jóvenes que encara la forma en la que nos alimentamos de una manera diferente a como lo hemos hecho durante toda la vida, está poniendo patas arriba este concepto y para ellos el desayuno ya no es la principal ingesta del día, es una más.

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¿Qué hay más español que un chocolate con churros para desayunar? Hasta el día de primero de año es típico este desayuno después de una noche de jarana, vino y rosas. Rico está riquísimo pero saludable ya no lo es tanto: harinas refinadas con que se hacen los churros, fritos, el chocolate con mucho azúcar… No es el desayuno que te recomendaría ningún nutricionista.

Los nutricionistas, los nuevos profesionales que tratan de inculcarnos la educación en materia de alimentación, nos están diciendo constantemente que desayunamos mal y que tenemos que modificar nuestros hábitos. “El desayuno es la primera comida del día”, se nos dice desde la Fundación Española de Nutrición, y que “El desayuno saludable es aquel que es variado, completo, equilibrado y satisfactorio. No podemos decir que exista un desayuno ‘ideal’, sino que hay multitud de combinaciones, que tienen que adecuarse a las necesidades y circunstancias personales”.

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En la misma línea se expresa Noel López Pinín, técnico superior en Dietética y Nutrición y titulado especialista en Nutrición Deportiva con centro propio en Burela, Lugo, quien insiste en que “es un mito que el desayuno sea la comida más importante del día; lo principal es cómo reparte la persona la ingesta nutricional del día, que al final del día se hayan cubierto los requerimientos nutricionales de esa persona”.

La Fundación Española de Nutrición afirma que “En diversos estudios se ha relacionado el hábito de desayunar con una menor prevalencia de obesidad. Sin embargo, otros estudios no encontraron ninguna
asociación entre el desayuno y la pérdida de peso o incluso que saltarse el desayuno condujo a la pérdida de peso. Por tanto, no sólo es importante el hecho de desayunar o no, sino que se debe tener en cuenta la composición del mismo y su presentación.”

“No es más importante el desayuno que cualquier otra comida del día”, insiste López Pinín. Lo importante es que esa primera comida del día esté compuesta por los alimentos adecuados: hidratos de carbono, grasas y proteínas. La Fundación Española de Nutrición explica: “No podemos decir que exista un desayuno ‘ideal’, sino que hay multitud de combinaciones, que tienen que adecuarse a las necesidades y circunstancias personales. Esta fundación indica que los alimentos que debe haber en un buen desayuno son: lácteos o derivados lácteos; cereales y derivados porque aportan hidratos de carbono complejos, algo de proteína y poca grasa y vitaminas del grupo B y minerales; frutas y otros alimentos, como aceite de oliva virgen extra, mantequilla, tomate, frutos secos, huevos, jamón, café, azúcar, miel, mermelada…

El nutricionista no está muy de acuerdo con algunos de estos alimentos, como las mermeladas, la miel o el azúcar y aboga más por un cacao puro sin azúcar y endulzarlo con canela, fruta fresca y no en zumos, frutos secos, que aportan fibra, hierro y magnesio al organismo, panes integrales de centeno, de espelta, aceite de oliva, yema de huevo, aguacate… “La nutrición ha avanzado en estos últimos 10 o 12 años y hasta ese momento era una total desconocida -explica Noel López Pinín- y, afortunadamente cada vez se está divulgando mejor los hábitos saludables”. De lo que se quejan la mayoría de nutricionistas es de aún hay mucha reticencia para adoptar nuevas pautas de nutrición y siguen poniendo a sus hijos de desayuno un cacao azucarado y unas galletas para que crezcan sanos y fuertes y no se dan cuenta de que están generando todo lo contrario porque todo contiene mucho azúcar.

¿Y cómo serían los desayunos más deseables?

López Pinín explica cuál es su desayuno: un plátano, una naranja, una tostada de pan de centeno con aguacate y un huevo a la plancha y un café. ¡No está mal! Luego, claro, dice que no toma nada a media mañana.

Por su parte, la psicóloga nutricionista Itziar Digón, que da muchísima importancia al hecho de tomar fibra apunta: una fruta entera, como papaya, piña, kiwi, frutos rojos…, cereales, como pan de espelta o centeno o porridge, una mezcla de agua con avena o leche al que se le añade canela, frutas, miel, chocolate o frutos secos, y una bebida vegetal o leche.

Y tú, ¿cómo desayunas?