La astenia primaveral comparte síntomas con la depresión.

Afortunadamente, se trata de un estadio pasajero que se puede combatir desde varios frentes.

Ya lo dijo la sabiduría popular, que para estos asertos suele ser muy atinada. Una versión extendida del clásico y muy repetido refrán podría explicar que los alocados cambios estacionales propios de la primavera nos trastornan, conduciéndonos a cierto decaimiento físico y anímico compartido por un 85% de la población que puede durar dos o tres semanas.

Los síntomas son incómodos y se parecen mucho a los de una depresión. Duermes peor, te encuentras abatid@, sin ganas de nada, tu libido cae en picado, estás irascible… Un poema en alejandrinos, vamos, que puede llegar a confundirse con algo más grave que con una simple reacción ‘primitiva’ a los elementos climáticos. Qué le vamos a hacer: hay muchas cosas que no controlamos. Sin embargo, podemos aplicar algunas estrategias de cuidado personal que apoyen nuestro bienestar y nos hagan más leve eso de salir de la hibernación.

¿Por ejemplo?

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Jonathan Martin, fundador de Bikram Yoga Spain, nos recomienda “llevar una alimentación acorde con la estación del año para que el cuerpo se adapte mejor a la misma”. Esto significa escoger alimentos de temporada y prepararlos sin mucho aparato, intentando que sean comidas de fácil digestión, frescas y con mucho aporte nutritivo.

La nutricionista de Slow Life House, Laura Parada, nos sugiere una lista de la compra que incluya “marisco, polen, kiwi, carne de ave, kéfir, plátano, nueces, pescado azul, espinacas, café (en dosis bajas), avena y maca”, seleccionados por su riqueza en vitaminas, minerales y ácidos grasos, alimentos energéticos ideales para sobrellevar el decaimiento.

Es importante no olvidarse de practicar ejercicio “de forma regular. Especialmente trabajo no lesivo y terapéutico, como es el yoga”, continúa Jonathan Martin, experto en esta recomendable disciplina de demostrados beneficios físicos y mentales; aunque cualquier actividad que practiques con placer y constancia te va a dar beneficios. Y, si la realizas al aire libre, mejor todavía.

La actitud es la guinda que te ayudará a planear sobre la astenia primaveral. No olvides que se trata de un periodo con fecha de caducidad, tómatelo con calma y buen humor y sé positiv@. Aprovechar para concederte esos descansos que nunca te tomas, ¡y para comer mejor y practicar ejercicio! Conecta con tus necesidades y la astenia primaveral te parecerá un mito.