Mercedes Wullich, experta en liderazgo femenino, trabaja para dar visibilidad a las mujeres.

Mercedes Wullich es experta en liderazgo y creadora de Las Top 100 Mujeres Líderes en España, un ránking impulsado por Mujeres & Cia cuyo fin es proporcionar mayor visibilidad a las mujeres que destacan por el valor y logros de sus trayectorias en todas las áreas de actividad. Para conmemorar un mes más el día 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, que este año fue el día del Paro Internacional de Mujeres o Huelga Internacional Feminista del 8-M, nosotras, en Belleza Pura, contribuimos con nuestro grano de arena dedicando un post especial el día 8 de cada mes. Como dice mi colega (y sin embargo, amiga) Towanda: bienvenid@ a nuestro post feminista del mes.

Mercedes Wullich

Mercedes Wullich, desde su puesto en Mujeres & Cia, trabaja por una sociedad plural que cuente con todo el talento de las mujeres, apostando por todas nosotras.

Belleza Pura: ¿Cómo ha cambiado la perspectiva de la visión de la mujer desde el día 8 de marzo de este año cuando salieron a la calle millones de mujeres en todo el mundo clamando por sus derechos?

Mercedes Wullich: “Yo creo que el 8 de marzo cambio la historia, era algo que se estaba produciendo o que se estaba madurando desde un año atrás con otras manifestaciones pero que en España tomo cuerpo ese día. Va a haber un antes y un después de ese 8 de marzo.  Hay mucho cansancio en las mujeres y yo tengo sensación de que ya era hora y que había que tomar una mayor conciencia y corporizarse en una manifestación de todo lo que queda por hacer y de la urgencia que tienen las mujeres porque esto suceda.”

B. P.: ¿Cómo se valora que en España las manifestaciones del día 8 fueran muy superiores a las que hubo en cualquier otro lugar del mundo?

M. W.: “Es difícil saber porqué se producen las cosas en un determinado momento. Lo que ha habido ha sido un aumento de la concienciación, un aumento de problemas, de cansancio y por fin ha eclosionado, quizá ayudado por algún medio de comunicación, y sobre todo por las redes sociales. Y no sé por qué se ha producido ahora y no el año anterior.”

B. P.: ¿Cuál ha sido la espoleta para llegar a esto?

M. W.:Creo que todo lo que ha pasado está pasando a nivel mundial ha ido fortaleciendo la conciencia de las mujeres. Hacía falta que se expresaran para colaborar y empezar a cambiar las cosas cuanto antes.”

Mercedes Wullich

B. P.: Me da la impresión de que en estos 10 o 15 últimos años las mujeres habíamos dejado de evolucionar y más bien habíamos involucionado. ¿Estábamos las mujeres adormecidas o es sólo una impresión?

M. W.: “Creo que ha habido una y otra cosa. Aunque no estuviera expresado, había ciertos sectores que habían involucionado y esto tiene que ver con una percepción general de que estamos mejor. Yo escucho a menudo: ‘¡pero bueno que quieren si está todo mucho mejor!’ Es como que se intenta poner un manto de tranquilidad. Yo suelo recordar mucho la frase del Gatopardo que dice: que todo cambie para que nada cambie, como que se dijera que no hace falta nada más porque recuerdan cómo estábamos antes. ¡Qué bien estamos ahora! Y quizá como las cosas están un poco mejor en cierto sentido, se da por hecho que se ha evolucionado, pero hay una tendencia de adormecimiento, de no es necesario, de no es urgente y de esto va mejor, lo que va generando una especie de duermevela. Y a veces determinados hechos y circunstancias comienzan a dar la voz de alarma y se empieza a tomar conciencia. Y lo que se ve ahora es que ya sólo queda ir mejorando. Por eso creo que las dos cosas se han producido: que ha habido una parte que ha evolucionado pero también hubo una involución. A mí me da miedo pensar que las adolescentes, en lugar de tener las cosas más claras, piensen que todo viene hecho y que no hace falta hacer nada más. Y en muchos casos se conviertan en versiones más antiguas de lo que fuimos nosotras en nuestra adolescencia o en años anteriores.”

B. P.: ¿Pero esto sería un problema?

M. W.: “Claro, esto no ayuda porque una siempre espera que la juventud tenga una impronta para la pelea, para responder y a veces esto no pasa. Y todo esto yo creo que tiene que ver porque existe un statu quo que pasa porque todos creemos que está mejor de lo que estuvo alguna vez. Y eso no es así; tenemos que estar en alerta porque a la menor distracción volvemos atrás. Vuelvo a la misma idea diciendo que si creemos que estamos mejor hay una especie de tranquilidad que hace que la conciencia sea menor y creas que no es necesario. Quizás tampoco educamos de la manera tan militante como deberíamos haber educado pensando también que las cosas irían a mejor y no a peor. Es complicado pensar en estos temas porque hay una inercia tan enorme de educación, de cultura que no es habitual que el cambio se genere y crezca en el tiempo. Estamos en un momento muy sensible y por eso es preciso que préstemos mucha atención y que estemos extremadamente atentas.”

B. P.: ¿Todos estos cambios se dan en todas las clases sociales?

M. W.: “La clase media es la que potencia, más que las clases menos favorecidas. Es más lógico pensar que quien tenga más resuelto el sustento y la vida cotidiana -que son la base para ocuparse de otras cosas-, que quien tenga más tiempo y quizá más conciencia pueda tomar ciertas decisiones que quien no lo tiene todo cubierto. A mí me enoja mucho cuando alguien dice que las mujeres no llegan a ningún sitio porque no quieren, pero quién yo o la cajera del supermercado, madre soltera, que tiene hijos … ¿Quién? Creo que quienes tenemos mejores condiciones tenemos la responsabilidad de pelear no sólo por nosotras sino por aquellas que no tienen esas condiciones y no pueden jugársela. No tenemos todos la misma libertad; lo que sí creo es que los que tenemos esa posibilidad, tenemos esa responsabilidad.”

B. P.: ¿Por qué se ha dedicado a dar visibilidad a la mujer?

M. W. Porque creo que hay una demora enorme que no me parece normal. Me parece que en la sociedad, en los medios de comunicación, la posición de la mujer está atrasada. Y muchas veces pienso que hasta cuándo vamos a tener que estar haciendo cosas para pelear por un determinado lugar. Eso va a seguir sucediendo en tanto en cuanto las oportunidades no se repartan de la misma manera. Está claro que todavía falta mucho tiempo y que esto día a día no se produce; entonces hay que ser conscientes y hay que seguir presionando. Si no lo hacemos nosotras todo se va a demorar muchísimo más y no me parece justo; por eso, creo que una de las maneras de acelerar los tiempos es haciendo visibles a las mujeres para normalizar su presencia en todos los ámbitos de la vida, para que las niñas y las adolescentes tengan un referente y un espejo donde mirarse.”

B. P.: Pero después del 8 de marzo no van a cambiar las cosas tan fácilmente: las mujeres vamos a seguir cobrando menos que los hombres, la conciliación laboral va a seguir siendo difícil. Esto no se hace de un día para otro…

M. W.: “Creo que la única medida que se puede tomar es dando un golpe en la mesa y cambiando radicalmente las cosas: que haya una baja paternal idéntica a la baja maternal para que la maternidad no sea un problema y no se siga viendo a la mujer que da a luz como un problema. Esto va a ser la única manera radical de igualar. Que no se le pueda preguntar a la mujer en una entrevista de trabajo si va ser o no ser madre y que la baja paternal sea obligatoria. Formar una familia no es un tema de una mujer solo es un tema de pareja y de la sociedad. Hemos vuelto a un porcentaje de menos nacimientos que muertes en España y esto es un problema económico y social, que hay que tener en cuenta que si las empresas necesitan consumidores y no lo ven estamos hablando de empresas que no pueden hablar de innovación y este tipo de palabras que tanto les gustan a ellos…”

B. P.: ¿Qué lugar ocupa la educación en todo este proceso?

M. W.: “Es absolutamente crucial y cuanto antes lo entendamos, antes vamos a empezar a modificar las cosas. Y es urgente que las mujeres, que somos la mayoría de las que educamos, tengamos absoluta conciencia de cómo podemos cambiar desde nuestro poder en la educación las cosas. Es absolutamente fundamental, porque la educación es lo que va a forjar los roles, los estereotipos. Y cuando hablo de educación, voy más allá de lo que es la educación formal, la televisión, los dibujos animados, el cine, los libros de texto… todo va forjando un imaginario con roles, con estereotipos que si no se modifican van a seguir haciendo daño, van a seguir adjudicando a hombres y mujeres lo que se supone que es pero que en realidad va forjando la educación.”