La inteligencia femenina se ha puesto en tela de juicio muchas veces. ¿Somos las mujeres más inteligentes que los hombres?

Marie Curie fue la primera mujer en conseguir dos premios Nobel, uno en física (1903) y otro en química (1911), en unos años en los que ir a la universidad era casi imposible para una mujer y en los que la mayoría era analfabeta. La inteligencia femenina estaba en entredicho. Hasta 1970 en España no se garantizó la educación obligatoria y gratuita desde los 6 hasta los 14 años. Así andábamos hace menos de 50 años.

En este post de hoy, 8 de noviembre, seguimos conjurando la celebración del 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora, aunque para nosotras todos los días son 8 de marzo. Ése es el espíritu.

Eso quiere decir, que las que nacimos antes de 1970 fuimos al cole porque nuestros padres querían, no porque les obligara nadie. ¡Cuánto hemos cambiado!

Por supuesto, la inteligencia femenina en aquellos años ni se presuponía. Acordaos de nuestro “amigo” y filósofo alemán Shopenhauer que decía (y pensaba) que “Las mujeres son objetos de cabellos largos e ideas cortas” o “Las mujeres son el segundo sexo, inferior al masculino en todo respecto. Uno debe perdonar sus debilidades pero rendirles homenaje es totalmente ridículo y nos degrada ante sus ojos.”

A este señor con fama de pesimista e insoportable le estamos dando un zas en toda la boca las mujeres de hoy, aunque quede mucho por hacer y las más llevemos años batiéndonos el cobre para demostrar que, al menos, somos igual de inteligentes que los hombres y algunas, muchas, bastante más que algunos que van por ahí soltando bobadas.

No debe ser ninguna tontería conocer si las mujeres somos más inteligentes que los hombres cuando muchos grupos de científicos se han afanado en encontrar la respuesta. Sí sabemos que el ser más inteligente del planeta es Marilyn Vos Savant, una estadounidense cuyo cociente intelectual es el más alto del mundo y que el coreano Kim Ung-yong es el hombre más inteligente del mundo, por detrás de Savant.

Si ya se lo están planteando vamos bien; significa que nos tienen en cuenta, algo que hace unos años era impensable.

1226

a href=”http://www.freepik.com”>Designed by creativeart / Freepik

Dos biólogos evolutivos, Rose O’Dea y Shinichi Nakagawa, han investigado las notas académicas de más de 1,5 millones de estudiantes de todo el mundo y no han hallado diferencias. “Las niñas y los niños funcionan de manera similar en las materias de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas”, han afirmado en el estudio publicado en la revista Nature Communications, materias que siempre estaban reservadas para ellos. “Nuestros resultados proporcionan evidencia de que las grandes brechas en la representación de las mujeres en carreras STEM (acrónimo que se refiere a las áreas de conocimiento en las que suelen trabajar los científicos y los ingenieros: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) en el futuro no se deben a diferencias en el rendimiento académico. Y también han confirmado que las mujeres nos movemos mejor en las materias que no son de ciencias.

Así que las diferencias no se establecen por el rendimiento académico. ¿Entonces? Queda la educación. ¡Ah! ¿Entonces es eso? Los padres siempre han pensado que los hijos son más inteligentes que las hijas y les preparan para ello…

Las mujeres nos enfrentamos a obstáculos que no tienen nada que ver con nuestras habilidades sino con estereotipos, reacciones violentas e incluso acoso, según afirman estos científicos.

Shopenhauer

Nuestro “amigo” Shopenhauer.

Llegamos al quid de la cuestión: la educación que nos han dado siempre ha estado un paso por detrás de los varones, a los que se les ha educado para destacar. Las que hemos tenido la fortuna de poder estudiar y demostrar lo que valemos hemos luchado (y ahí seguimos) para que nos quiten el sambenito que nos puso el tal Shopenhauer que sí que tenía las ideas cortas y el cabello largo y muy despeinado.

El camino es largo y tortuoso, como decía la canción de los Beatles; por eso hay que mantener el nivel, no desfallecer y obligar a que la conciliación laboral sea igual entre ambos sexos. Sólo así se conseguirá la paridad en los demás aspectos de la vida y con ello, demostraremos que no somos ni más ni menos inteligentes que los hombres: necesitamos oportunidades.

¿Y tú, qué opinas?