La industria de la belleza apuesta fuerte por la ultra-personalización a través de la tecnología. Bienvenidas a la era de la ‘beauty tech’.
Sueros inteligentes, filtros solares capaces de adaptarse a la radiación exacta, maquillaje imprimible en 3D, cosmética personalizada al milímetro según el código genético… Todas estas innovaciones ‘beauty tech’ incorporan lo último en I+D y se inclinan sin ambages por la personalización del producto. ¿Por qué usar activos ‘universales’, cuando podemos tener una crema que responda a nuestros parámetros más íntimos?
Muchos de estos avances ya están aquí, otros se encuentran en vías de un desarrollo muy próximo. Abraza los labiales que has conocido hasta la fecha, están a punto de convertirse en un objeto vintage.
¿Qué te parecería, por ejemplo, una herramienta dermatológica que te permitiera analizar tu piel con sólo pasarte el móvil por la cara? Neutrogena ha desarrollado esta fantasía con el nombre de Neutrogena Skin360™ Today. Se trata de un gadget que se adhiere al móvil (advertencia: sólo funciona con iPhone a partir del 6S) y que escanea los poros, el nivel de humedad y las líneas de expresión que presente tu piel. Después, te prescribe consejos para cuidarla y productos adaptados a tu situación cutánea, que puedes comprar (o no).
Precio Neutrogena Skin360™: en torno a 60 euros.
Y no es la única línea de investigación que tiene abierta esta firma: también están a punto de lanzar una mascarilla facial en formato sheet realizada en 3D según la forma de cada rostro. ¿La clave? Para crearlas, usarán la misma tecnología de reconocimiento facial que permite desbloquear iPhone X. Y aún diremos más: personalizarán los ingredientes en función de los datos de cada quien.
El algoritmo de Netflix inspira los sueros inteligentes que anda creando Atolla, una nueva firma de cuidado facial que se propone que sus ‘pócimas’ aprendan de la piel que están tratando y muten ante los cambios que se operarán en ella. Una innovación interesante que se suma a su gama -que ya tienen a la venta- de sueros basados en una evaluación exhaustiva de la piel. Para poder realizarlos, envían a cada persona unos sensores especiales (etiquetas pequeñas que se colocan sobre distintas áreas de la cara) además de un cuestionario sobre su piel, su estilo de vida y su entorno.
El código genético es la piedra de toque de muchos laboratorios empeñados en enlentecer el proceso de envejecimiento. Y en ser los más eficaces y rompedores, claro. One.Gen, Prima Derm o Genocosmetics Lab son algunos de estos investigadores que cruzan los datos genéticos con los del estilo de vida y te devuelven una crema que funciona, especialmente para ti.
¿Quieres más beauty tech? En un tiempo no muy lejano, los filtros solares contarán con tecnología que reaccione a la temperatura y la luz, por lo que adaptarán ellos solitos su grado de protección a la intensidad actual de los rayos UV. Lo mejor de esta innovación es que solucionará el problema de la reaplicación –que no todo el mundo cumple- y los ingredientes que tienen su propio timing hasta la fecha se activarán cuando realmente son útiles.
Las farmacias, que ya están viviendo un gran momento de transformación, darán un paso más en su conquista del diagnóstico experto gracias a la introducción de máquinas de análisis de la piel que hasta ahora sólo se encuentran en consultorios médicos y laboratorios. Basándose en este análisis, las prescriptoras del establecimiento podrán recomendar la marca más adecuada para cada quien.