El lifting de pestañas es un tratamiento unisex que abre la mirada y le confiere expresividad natural.
Hablar de lifting de pestañas vs extensiones no es exactamente como comparar el veraneo en la playa con el de montaña, pero sí es cierto que el primero representa una alternativa muy potable para quienes quieren potenciar las virtudes estéticas de los pelitos de los párpados con las incomodidades justas –pocas-.
¿La mayor diferencia? Que en el lifting de pestañas cuentas con tu materia prima, convenientemente manipulada y tratada, mientras que las extensiones se apoyan en pestañas extra para aportar más volumen, longitud y expresividad a la mirada. El resultado puede ser menos ‘espectacular’, pero el resultado se degrada mejor. Te cuento mi experiencia a pestaña batiente.
Es cuestión de que te enfrentes a ti misma y bucees en tus simas más íntimas para llevar a cabo un ejercicio de sinceridad con respecto a tus metas en la vida. Todos sabemos que el ser humano debe afrontar encrucijadas vitales, y ésta es sin duda una de ellas. ¿Qué tipo de pestañas quiero? ¿Cuánto estoy dispuesta a soportar por alcanzar mi sueño pestañil?
En aras de resolver este dilema aplicando la lógica depurada y cartesiana que reservamos para las Grandes Decisiones, conviene que además aclares cuál es tu estilo de vida y qué te va a resultar más sencillo mantener. El lifting de pestañas está recomendado a deportistas o gente que pasa tiempo en el agua puesto que la insólita exuberancia de la mirada se estropea menos que con las extensiones –que, ya sabes, llega un momento que empiezan a caerse y una tiende a parecerse a Bette Davis en “¿Qué fue de Baby Jane?”-.
El lifting, en mi caso con productos de la firma especializada Nouveau Lashes, se lleva a cabo en decúbito supino (tumbadita cómodamente). Te ponen un parche de ácido Hialurónico para pegar las pestañas inferiores y que no molesten y, entre tanto, te ponen un molde en el párpado superior para ir pegando las pestañas y trabajándolas según el ángulo apetecido. Pasado el tiempo de exposición a los productos fijadores, se tiñen. El proceso dura un poco más de 1 hora y resulta ligeramente incómodo, pero no tanto como para interferir con una siestecilla llegado el caso. El resultado es una mirada muy natural, comparable a la que tienes cuando te rizas las pestañas y te las pintas con una buena máscara. Pero así, tal cual, desde que te levantas en modo zombi cuando suena el despertador.
Ventajas: puede durar hasta 6 semanas si las cuidas bien, queda muy bonito y natural –de estas cosas que nadie detecta exactamente, pero sí que te ves mejor-, y sólo requiere un serum acondicionador como mantenimiento en casa.
Desventajas: no te puedes mojar los ojos durante las 48 horas siguientes al tratamiento, lo que dificulta un pelín los momentos ducha, lavado de cara, etc, durante esos días.
Dónde:
Twentynails Retiro
Avenida Menéndez Pelayo, 53.
28009, Madrid.
Tel: 914 09 38 34.