Un 44% de las mujeres que hacen ejercicio no lleva el sujetador adecuado, lo que favorece que el pecho caiga.

Cuando haces ejercicio, tu pecho está en continuo movimiento sea el deporte que sea: zumba, cardio-box, tenis o paddle o camines por el monte. Ese movimiento es una oscilación en forma del símbolo del infinito (como un 8 puesto en horizontal) y se produce por igual sea cual sea tu talla.

Un 44% de las mujeres que realiza ejercicio de forma habitual no utiliza sujetador de deporte y hasta un 72% asegura tener molestias en esta zona mientras lo practica. Está claro que para hacer deporte no sólo necesitas unas zapatillas y una ropa mona. Necesitas un sujetador deportivo para evitar no sólo incomodidades sino también problemas.

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Scott Webb en Pixabay

Fíjate: si usas una copa A tu pecho puede moverse unos 4 centímetros y si eres una G, hasta 14 cm, según han comprobado los estudios realizados por Shock Absorber, firma británica especializada en sujetadores deportivos.

¿Qué sucede con ese movimiento si la sujeción no es la adecuada durante el entrenamiento? Las mamas son una zona muy frágil, en la que no hay músculo y sus únicas sujeciones son la piel y los ligamentos de Cooper. La anatomía de estos ligamentos se asemejan a unas gomas del pelo muy elásticas; si se han estirado en varias ocasiones, pierden su elasticidad para siempre. Esto quiere decir que, si ceden poco a poco en cada entrenamiento, finalmente el pecho se caerá y lo hará de manera definitiva.

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Los pezones pueden sufrir fricción durante el ejercicio; la sudoración y el calor excesivo pueden molestar en el área de debajo del pecho y los tirantes finos pueden hundirse en los hombros y los cierres traseros pueden “clavarse”.

Es fundamental para evitar estos problemas un buen sujetador deportivo que controle la intensidad del rebote, garantice un confort óptimo y proteja la zona de la presión y la fricción durante el ejercicio.

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Dra. Pilar de Frutos, cirujana plástica

La doctora Pilar de Frutos, cirujana plástica, nos explica el motivo fundamental de la caída del pecho en las mujeres. “Suele ocurrir en aquellas que practican deportes de fuerza destinados a reducir el volumen de grasa corporal. Dado que nuestra mama está compuesta por glándula y grasa, y que la proporción de grasa aumenta a partir de los 25-30 años, es frecuente que el volumen de grasa mamario se reduzca con gran facilidad y con ello se llegue a perder más del 50% del volumen mamario. En muchas ocasiones, esa pérdida de volumen ocasiona que la piel se quede flácida y vacía, con la consiguiente caída. Para evitarlo, o al menos para que la caída no sea tan grave, habría que conseguir una bajada de la grasa corporal más lenta y nunca llegar a reducciones extremas, ya que la piel sufre mucho con los cambios drásticos de volumen. Mantener la piel hidratada y llevar los sujetadores correctos también son parte fundamental de los cuidados para el pecho. Una vez se ha producido la caída, la única solución suele ser la cirugía”.

Ahí estamos: hay que elegir un buen sujetador deportivo. Marcas y modelos hay muchos. La marcar británica Shock Absorber trabaja desde hace más de 10 años junto con el departamento de investigación y estudios de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido) para contrarrestar los efectos negativos del deporte en el cuerpo de la mujer.

Sus sujetadores garantizan la sujeción y la comodidad durante el entrenamiento y todos los tops deportivos que se desarrollan por esta firma tienen un control de rebote mayor del 54% y pueden lograr reducir los movimientos del pecho hasta un 78%, dos veces más que un sujetador clásico. Su tejido interior es suave y sin costuras con el fin de minimizar la fricción de los pezones. Y se confeccionan con tirantes anchos y almohadillados que proporcionan mayor sujeción y menor fricción y evitan manteniendo la comodidad en los hombros. Y para evitar molestias, el cierre del sujetador está protegido interiormente por una capa de tejido suave y almohadillado para evitarlo. O sea, son cómodos, que es lo que necesitamos cuando hacemos ejercicio.

Si haces ejercicio, ya estás tardando en ir a comprar un sujetador deportivo; déjate asesorar para elegir el que mejor se adapte a ti.