Pero… ¿de verdad necesitamos OTRO producto solar más?
After sun, ¿tener o no tener? Razones no te faltan para plantear el dilema ‘filosófico’. Para empezar, es otro bote, menos espacio, más consumo, otro envase para reciclar. Para terminar, no tienes muy claro si te hace juego o si ya te apaña una loción hidratante normalita y a volar, tanto para el cuerpo serrano como para la cara.
Te contamos algunas razones que te ayudarán a dirimir con la mirada perdida frente a la orilla del mar.
1. La fórmula de mi after sun es particular.
A ver si te crees que la gente se mete en el laboratorio para nada. No. Las fórmulas after sun están diseñadas para descongestionar, desinflamar, reparar y combatir la acción de los radicales libres que ha desatado la exposición al sol, con lo que incluyen ingredientes ad hoc que no tienen otras pócimas.
2. Rehidrata la piel, devolviéndole jugo y confort, más y mejor que una hidratante pelada.
3. Baja grados a la temperatura de tu piel. Chiquitruco: si guardas tu after sun en la nevera, el efecto será aún más refrescante.
4. Prolonga la duración del bronceado. Esto mola, reconócelo, que ya sabemos que esto de ligar moreno es un drama porque los esfuerzos con el vuelta-y-vuelta se esfuman en dos días. Bola extra: hace que el color recobre su tono original de manera más suave y uniforme, evitando los clásicos pelados y desconchones.
5. Las texturas son más ligeras por aquello de la absorción inmediata. Prácticamente puedes escuchar algo como un ‘glú-glú’ mientras te lo aplicas: son las células de tu piel, que tragan y tragan…
Last but not least: sin menoscabo de lo anterior, hay productos after sun fantásticos, aunque no se tipifiquen como tal en su etiqueta. Como por ejemplo el Aloe Vera, todo un refresco cutáneo que funciona a las mil maravillas para refrescar o las cremas regeneradoras con vitamina E, ácido hialurónico, omega 3…