Debemos prestar atención a la luz azul, cada día más presente en nuestras vidas, y que puede tener efectos secundarios sobre nuestra piel.

La llegada de las luces LED, la presencia de fluorescentes y la invasión de pantallas en el día a día hacen que cada vez sean más las voces que alertan de los riesgos para la salud de la luz azul. Sin embargo, ¿es esta radiación del espectro lumínico dañina para la piel? Esto es lo que se ha debatido en el 47 Congreso Nacional de la Asociación Española de Dermatología que se celebró el pasado mes de junio.

 Luz Azul alerta roja con los móviles

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Luz azul, alerta roja y mucho cuidadín

Que levante la mano quien no esté conectado, no tenga una luz led o un fluorescente. No veo manos alzadas. Si acaso, alguna persona ya muy mayor que se olvida el móvil en el bolsillo pero que sí tiene un fluorescente en la cocina de su casa. Así que, todos estamos expuestos a la luz azul.

¿Y es mala, nos perjudica? Ese es el quid porque lo que se ha hecho en el 47 Congreso Nacional de la Asociación Española de Dermatología (AEDV) es “abrir un debate sobre un hecho cada vez más presente en la sociedad, la omnipresencia de pantallas y luces LED, y por tanto de luz azul. Más que se considere que existe un riesgo real, lo que queremos difundir es la constatación de que debemos prestar atención a algo nuevo cada vez más presente en nuestra vida y que, por tanto, también puede tener un efecto en la piel, ya que se trata de otro espectro de luz al que estamos cada vez más expuestos”,ha señalado una de las coordinadoras del debate, la Dra. María Victoria de Gálvez, miembro del Grupo de Fotobiología de la AEDV.

luz azulen alerta roja mira el espectro

El espectro de luz visible -la región del espectro electromagnético que el ojo humano es capaz de percibir- abarca una radiación electromagnética con longitudes de onda que van desde los 380 nanómetros a los 700 nanómetros. La luz azul, como se ve en la imagen está entre los 380 a los 500 nanómetros.

Se han realizado estudios con personas sometidas a luz azul. Un equipo de investigación dirigido por el neurocientífico Steven Lockley, de la Universidad de Harvard, encontró el año pasado una relación entre el sueño escaso y un mayor riesgo de depresión, diabetes y problemas cardiovasculares. Esto involucra a la luz azul, ya que durante más de 6 horas expusieron a un grupo de voluntarios, a diferentes luces. Los resultados arrojaron que la luz azul suprimía la síntesis de melatonina hasta dos veces más que otras luces.

Otro grupo de investigadores de la Universidad de Toronto, en Canadá, comparó los niveles de melatonina en dos grupos de participantes. El primero fue expuesto a luz azul interior, pero se le dieron unas gafas protectoras. En el segundo, las personas se expusieron a una luz tenue regular, sin utilizar gafas u otro tipo de protección. El hecho de que los niveles de la hormona fueran prácticamente iguales en los dos grupos, reforzó la hipótesis de que la luz azul es un potente supresor de la melatonina.

Con estos estudios en la mano y otros que se han realizado se ha comprobado que la luz azul induce al insomnio, por lo que se recomienda no usar dispositivos electrónicos 3 horas antes de acostarse.

Luz Azul alerta roja para ojos y piel

Foto: Asociación Española de Dermatología y Venereología

En dermatología, la luz azul se utiliza para tratar el acné y, combinada con una crema fotosensibilizante, para curar el cáncer de piel superficial, sobre todo en EE UU, aunque algunos estudios muestran un efecto no deseado a nivel celular.

El problema podría derivar cuando hay una exposición abusiva a luz azul, algo que todavía está por definir”, afirmó el Dr. Rubén del Río, miembro de la Asociación Española de Dermatología y Venereología.

No obstante, cada vez hay más estudios que muestran los efectos biológicos de la luz azul. “Potencialmente, puede producir daños cutáneos por estrés oxidativo. Esto va a activar a los melanocitos para que incrementen la melanina cutánea. También se ha visto que afecta al estado hídrico de la piel y a la barrera cutánea porque la exposición a esta radiación altera la síntesis de algunas proteínas. Todo ello puede revertir en un mayor envejecimiento y en una mayor pigmentación”, enumera José Aguilera, doctor en biología y académico de la Academia.

sol

Un 30% de la radiación que el sol emite entre las nueve de la mañana y las ocho de la tarde es luz azul, un porcentaje que no supone un riesgo para la salud cutánea. Sin embargo, apuntó el Dr. Aguilera que hay que tener en cuenta las otras fuentes de luz azul: las luces LED y las pantallas. La clave para saber si la luz azul puede suponer un riesgo para la piel está en el grado de exposición que necesita esta radiación para generar un daño. ¿Cuántas horas se tendría que mirar el móvil para generar la dosis de luz azul que pudieran pigmentar la cara? Según un reciente trabajo, serían 48 horas seguidas. Pero hay que tener en cuenta que las luces suman. “Un 37% de la radiación de un fluorescente pequeño es luz azul, las luces LED blancas emiten un 35% de luz azul, el porcentaje de esta luz emitida por la pantalla del móvil, de una tablet o de una televisión asciende al 40%. Todo es sumatorio”, afirma el doctor Aguilera.

Aquellas personas con un fototipo alto son las que podrían tener más riesgo de sufrir una hiperpigmentación por luz azul ya que sus células tienden a producir melanina. También estarían más expuestas a esa hiperpigmentación las embarazadas y la que se someten a peeling o procedimientos de resurfacing -tratamiento de rejuvenicimiento cutáneo con láser- ya que su piel está más sensible. Y hay que tener en cuenta que las cremas fotoprotectoras no protegen de esta luz, sólo aquellas con algo de color absorben hasta un 20% de esa luz.

El doctor Del Río nos aconseja “moderar el uso de pantallas aunque no tengan efectos tan negativos como la luz ultravioleta, porque seguramente estaremos haciendo un bien para la salud general, sobre todo la psicológica o la social, estar todo el día delante de una pantalla ajeno a la realidad de tu alrededor no es la mejor opción para el ser humano”.