Te lo has currado más que la Selectividad o que el discurso de tu boda, y ahora nadie te lo va a arrebatar.

Vuelta y vuelta en la toalla, al dolce far niente. Y vuelta… a empezar. Ni siquiera Nietzsche fue tan expeditivo en la cosa del eterno retorno, oye.

¿El resultado de esos esfuerzos? Un bronceado divino, uniforme, geométrico, sin mácula. Un bronceado digno del mismísimo Jehová, protagonista absoluto de tus looks veraniegos. Un bronceado que es prácticamente un estado mental.

Ni la tontería esa del mes de septiembre, ni la muerte de las células superficiales de la epidermis va a terminar con este sueño dorado, broncíneo y bronceado en este caso. Pues no faltaría más…

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Ensalada pro-moreno de Bendita Locura

  1. Duchas de agua fría ( o templada).

La clave de este oscuro asunto, nos desvelan los expertos de la firma de autobronceadores St Tropez, es mantener la piel muy (muy) hidratada. Y el agua caliente la reseca, querida mía, de modo que mientras persistas en tu ‘conservadurismo’ del moreno, será mejor que uses agua templada o incluso fría. También es aconsejable “sustituir los jabones o geles por lociones de baño cremosas o aceites de ducha”.

  1. Hidratar sin parar.

Úntate como si no hubiera un mañana -un decir, con hacerlo dos veces, vale- con bálsamos untuosos y leches corporales para pieles secas. ¿Los mejores ingredientes? Las vitaminas y los activos como el ácido hialurónico.

  1. Exfoliarse, sí.

No, no te vas a ‘arrancar’ el tono por exfoliarte la piel. Al contrario, favorecerás que el tono “persista por más tiempo y se vuelva más luminoso”.

  1. Refuerza el bronceado desde dentro.

La dieta es ESENCIAL para mantener el bronceado. Los alimentos ricos en carotenos o en vitamina C contribuyen a tu causa, y los encuentras en la zanahoria, el tomate y frutas y verduras. También te hace juego la tirosina, un aminoácido que estimula la síntesis de melanina y que está en “el salmón, el aguacate, las almendras, el pollo, la clara de huevo, la soja o los plátanos”.

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Self Tan Purity de St Tropez.

  1. Autobronceadores, la pátina extra.

Tu tono original se irá algún día. Hay que asumirlo y no dramatizar, que para sobrellevar este desasosiego se inventaron los autobronceadores. Las fórmulas progresivas van trabajando el tono poco a poco como si lo hicieras tú misma. ¿Quién decía que el moreno se va en dos días?