Lucas Sieuzac, perfumista, con otras pasiones como la música y la cocina, cree que los perfumes van a recuperar su lugar tras la Covid-19 porque las fragancias reafirman nuestra personalidad.
Lucas Sieuzac proviene de una dinastía de perfumistas franceses y cuenta con más de 25 años de experiencia en el sector. Ahora ha fichado por Eurofragance, una empresa internacional de origen familiar, con sede en Barcelona.
Capturando emociones es el lema de la empresa y para atraparlas cuentan ahora con el perfumista francés quien va a crear fragancias únicas para el mercado árabe.
Lucas Sieuzac es perfumista, amante de la luz y de George Benson, guitarrista, cantante y compositor de jazz. Con estas dos pasiones, las fragancias tienen que ser obligatoriamente su otro amor, al que se dedica en cuerpo y alma.
Detrás de su nariz hay perfumes tan conocidos como 212 Vip Rosé y 212 Vip Man, de Carolina Herrera; The Game, de Davidoff; Play for Him y Play for Her, Ange ou Demone Le Parfum, de Givenchy o Style Pastels Pink Blush, de Jil Sanders, entre otros muchos.
Ahora, en esta nueva etapa con la empresa española Eurofragance va a formar parte del equipo de perfumistas enfocados al mercado del Golfo Arábico donde podrá experimentar con las materias primas de la zona de Oriente Medio.
Diferencias culturales
Belleza Pura: En Eurofragance usted está creando perfumes para los países del Golfo Arábico. ¿Por qué son tan diferentes los aromas que buscan en esos países a los que nos gustan en Europa?
Lucas Sieuzac: “Estas diferencias en los gustos y aromas son fruto de la diferencia de nuestras culturas. En la zona de Oriente Medio las especies cobraron mucha importancia siglos atrás, no sólo como símbolo de riqueza y poder sino como parte de su cultura y gastronomía.
Toda esta tradición las convierte en indispensables a nivel aromático, y hace que la gastronomía y perfumería se fusionen. En Europa nos choca a veces esta idea pero en estos países se utilizan los mismos ingredientes de la gastronomía en los perfumes”.
B. P.: ¿Es fácil o difícil para Lucas Sieuzac, perfumista, ponerse en la piel de esos compradores para los que usted crea estos perfumes siendo usted francés y habiendo trabajado para marcas europeas?
L. S.: “Este proceso es la parte más interesante de la perfumería. Como perfumistas no queremos imponer ideas o gustos olfativos, sino que nos interesa entender lo que pasa en el país, su cultura y tradición para acercarnos al consumidor. No pretendemos hacer un perfume para todos sino adaptarlos a quienes van a ser sus embajadores. Aún así es cierto que hay acordes que tienen éxito porque son accesibles para todos y ayuda mucho el concepto que hay detrás y el marketing. Precisamente el marketing y el mundo de la moda siempre han tenido una influencia muy importante en el éxito de los perfumes. Pero desde hace un tiempo el consumidor ha pasado a ocupar el centro, y ahora marcas y perfumistas intentamos entender sus gustos para poder crear los productos que más le encajen.
También hay sorpresas con perfumes que terminan convirtiéndose en icónicos como Drakar Noir, hecho a base de helecho, del que no se anticipó su éxito e influencia posterior”.
No hay ningún ingrediente imprescindible
B. P.: ¿Cuál es el ingrediente que más le gusta al Lucas Sieuzac perfumista y que cree que es imprescindible para un buen perfume?
L. S.: “Ninguno en particular. Como perfumista, creo que todos los ingredientes tienen algo interesante que aportar, hay que respetarlos y conocerlos bien. Lo cierto es que no hay ninguno imprescindible pero todos son igualmente importantes. ¿Qué es un buen perfume? Un perfume es un conjunto de materias primas que juntas, y según en qué proporción, se convierten en una fragancia única”.
B. P.: ¿Qué es para usted un perfume?
L. S.: “El perfume es algo muy personal que depende de nuestros gustos pero también de nuestra vivencias y de los recuerdos que curiosamente siempre relacionamos con olores. El olfato sin duda es un sentido que está muy cerca de la memoria, de los sentimientos, por lo que es una fuente de creación sinfín”.
B. P.: ¿Por qué es usted perfumista?
L. S.: “Desde pequeño fui muy creativo, me interesaba todo lo que tenía que ver con los sentidos y crear cosas que tuvieran que ver con los mismos (olfato, oído etc.). Me gusta experimentar, crear y transformar todo aquello que me inspira en un perfume, una nueva receta o una pieza de música. El gusto por los aromas y la creación de perfumes viene de lejos, lo vi siempre en casa, viniendo de una familia con varias generaciones de perfumistas fue un campo que siempre me atrajo”.
George Benson, un ídolo musical para Lucas Sieuzac
B. P.: Además de los perfumes, ¿cuáles son sus otras pasiones?
L. S.: “Al margen de mi profesión, soy músico, toco la batería y me encanta practicar para despejar mi mente. También me encanta cocinar, la gastronomía me ayuda mucho en mis creaciones, son dos mundos tan conectados que a veces se entrelazan. De hecho durante el confinamiento, tanto tiempo en la cocina me llevó a crear uno de mis últimos perfumes Chandana Latte con una base que se inspira en el aroma de la leche, un ingrediente que te transporta directamente a la infancia”.
B. P.: ¿Se nace con olfato o se hace un buen olfato?
L. S.: “No creo, sinceramente, que sea algo con lo que se nazca; para mi es una cualidad que se practica aunque es cierto que se debe trabajar duro para conseguirlo. El olfato es un sentido que cuanto más lo trabajas más espectro consigues. Al principio hay notas que no hueles, no las identificas hasta pasado un tiempo y con mucha práctica.
Creo que es una pena que esta profesión se convirtiera en algo tan inaccesible que parece que sea solo para la élite. Considero que dedicándole tiempo y ganas todos podemos adquirir dotes para oler y diseñar fragancias. Hay que entrenar la nariz y los sentidos.
El savoir-faire de cada uno también juega un papel importante, basado en sus vivencias personales, sus gustos e inspiraciones; es la clave para que cada creación sea única y se pueda interpretar una y otra vez según quien la huela”.
Perfumería después de la Covid-19
B. P.: ¿Cuáles son las tendencias en perfumería para el próximo año? ¿Qué se va a poner de moda?
L.S.: “Veo dos tendencias muy fuertes: de un lado la búsqueda de la seguridad y el cobijo de las fragancias conocidas. Muchos clientes optarán por seguir usando los perfumes de siempre, una forma de poder un poco de control y consuelo a una situación incierta como lo es la nueva realidad de la Covid-19.
La otra tendencia justamente confronta a la que comentaba anteriormente es la que apuesta por perfumes con mucha fuerza y personalidad. Muchas personas después de una crisis como la del Covid-19 buscarán libertad, diferenciarse del resto y destacar, por ejemplo a través de la perfumería. Es una forma de reafirmarse, donde el cliente expresa su personalidad a través del perfume y estas fragancias serán más complejas y con mucha personalidad”.
B. P.: ¿Va a cambiar en algo la percepción de los perfumes tras la Covid-19?
L. S.: La Covid-19 ha marcado un antes y un después en general, pero la gente va a seguir siendo fiel a sus perfumes, seguramente no innoven tanto, o no busquen nuevos productos. Esto va ligado a que evidentemente saldrán menos y al reducir también los viajes seguramente pasen menos tiempo en el Duty Free u otras tiendas donde antes conocían los últimos lanzamientos.
Aún así, el perfume va a recuperar su sitio y con más fuerza, es indudable que forma parte de la vida de la gente y va a seguir siendo así. La naturaleza seductora de la perfumería se va a mantener, es algo intrínseco que además las personas necesitamos para de alguna forma reafirmarnos”.