MAC Cosmetics desvela, una temporada más, sus tendencias de maquillaje Otoño-Invierno 2020/2021.

Los clásicos más clásicos renovados, ojos como un accesorio en sí mismos y como protagonistas indiscutibles, piel trabajada a favor de la belleza y el glossy más luminoso. ¿Qué maquillaje llevaremos cuando el verano llegue a su fin?. ¿Podremos lucirlo por la calle o nos verán a la última solo a través de la pantalla? MAC Cosmetics, la firma fija en las pasarelas internacionales más afamadas, regresa a su cita bianual con las tendencias para fijar cuatro estilos de look que se llevarán el próximo Otoño-Invierno 2020/2021.

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Roland Mouret Otoño-Invierno 2020/2021

Soñar con ponerse un pantalón largo, ver los abrigos de nueva temporada y tener ganas de que haga frío para llevarlos o que los colores otoñales nos apetezcan más que nunca…, esas dicotomías que tiene la vida que nos hacen desear lo que no tenemos incluso cuando estamos disfrutando del verano y no queremos que acabe nunca.

Por eso poner la mirada en las tendencias del próximo Otoño-Invierno tiene un halo de placer oculto porque en el fondo, tenemos un poco de ganas de abandonar todo lo que implica el verano y dejarnos abrazar por los tonos y las tendencias más abrigadas.

1. Accesorized

La primera de las propuestas explora el arte del adorno en el rostro, que adquiere nuevos significados y se adentra en la alta costura. Como explica Baltasar González, Director Global de MAC Cosmetics en España, esta tendencia se inspira en los años 60 cuando la cosificación afectaba incluso a la mirada y los “ojos se entregaban al delirio de la ejecución que los convertía no en una mirada, sino en una cosa”. Como si de una premonición de lo que iba a suceder se tratase, los labios quedan en un segundo plano y ceden todo el papel protagonista a los ojos.

Así, la mirada adquiere una nueva dimensión con colores ácidos, tonos melocotón y fucsia rodeando el ojo con formas aerodinámicas e incluso difuminados clásicos. Pestañas como accesorio de decoración inspirados en el clásico maquillaje de Twiggy pero renovado. Versiones modernas de la utilización del flúor, eyeliner y sombra convertidos en una sola cosa… “Una exhibición de brico-joyería de aplicación en la mirada. Pretecnología y prestigitación” añade Baltasar.

2. Classic

Vuelta a los clásicos, vuelta al labio rojo inglés. La boca es el foco primordial de atención pero con el toque moderno que proporcionan nuevas texturas mate. Los labios carmín vuelven a ser más eternos que nunca pero con una ejecución moderna que permite que los contornos no sean definidos, sino difuminados para un efecto fuera de foco.
Los clásicos reinventados también pasan por buscar el equilibrio en los ojos, en las cejas fundamentalmente, pero también en el eyeliner con una cosificación que también se cuela en esta tendencia. Las cejas se llevan naturales pero esto requiere trabajo y técnica para lograr un resultado natural con maquillaje, para reponer con los artificios del maquillaje, lo que los excesos de depilación se han llevado.

“Lo clásico del negro y el rojo al servicio de trazos contemporaneos en rojo difuso en los labios y firme y rotundo negro en los ojos” comenta Baltasar González Pinel.

3. Shaded

Pieles naturalmente maquilladas, el maquillaje se ve, se nota, pero siempre a favor de las facciones naturalmente maquilladas. Triunfan los tonos empolvados, muy suaves y algo húmedos. Terracotas y rojos anaranjados que también impregnan los ojos, en forma de ahumados, pero también los labios.

Así lo explica Baltasar González: “La sombra baña la paleta cromática del maquillaje inspirada en los tonos piel. De lo frio a lo cálido, los neutros lejos de aparecer como tonos tibios y sosos, elevan el tono de lo elegante y lo giran en una oda al glamour sostenido y al grunge burgués!”.

4. Glossy

Y no podía faltar, una temporada más, el efecto barniz, el efecto glaseado. Looks futuristas para este Otoño-Invierno 2020/2021 pero también, y sobre todo, glaseados más sutiles que recrean simplemente una piel húmeda, mullida.

Gloss muy ligeros que incrementan el efecto reflectante de la luz, y que aplicados sobre la piel limpia en los párpados, por ejemplo, dan un efecto cristalino para que las facetas superiores de los volúmenes, recojan la luz y la reboten. Se esculpe con luz, sin colores.

La luminosidad es la herramienta de embellecimiento por antonomasia: el arte de llevar la luz al rostro es la que los artistas exploran continuamente en varias alquimias de gloss, brillos ,bálsamos y efectos perlados. “Barnices, glaseados y como lacas vítreas son acabados que materializan lo incorporeo de la luz: el brillo” comenta Baltasar.