“El SARS-CoV-2 no es una pandemia”. Algunos científicos catalogan al ‘bicho’ que provoca la Covid-19 de sindemia, y este enfoque cambia el tratamiento de la enfermedad

Sindemia fusiona los términos sinergia y pandemia. Detrás de este acrónimo hay un gran hombre. En este caso, el antropólogo y médico estadounidense Merrill Singer, quien lo acuñó en los años 90 para explicar una situación en la que ‘dos o más enfermedades interactúan de tal forma que causan un daño mayor que la mera suma de estas dos enfermedades. El impacto de esta interacción está además facilitado por condiciones sociales y ambientales que juntan de alguna manera a estas dos enfermedades o hacen que la población sea más vulnerable a su impacto’.

Del virus no sabemos demasiado, pero sí que el índice de contagio es muy alto y el de morbilidad muy bajo en proporción. De la infección, como del Cola Cao, también se sale, exceptuando, quizá, si se combina con enfermedades previas como la diabetes, el cáncer, problemas cardíacos y muchos otros factores. Además, se ha observado un índice desproporcionado de resultados adversos en comunidades empobrecidas y en minorías étnicas.

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Merrill Singer

Abordar la enfermedad desde este enfoque supone señalar un problema de raíz sistémica, una idea que no es ajena a quienes indican que esta crisis, además de sanitaria, es sociopolítica. Para frenar el impacto del coronavirus, sostienen muchos científicos, “es crucial prestar atención en las condiciones sociales que hacen que ciertos grupos sean más vulnerables a la enfermedad”.

Así, las estrategias que se han llevado a cabo hasta el momento para contener el avance del virus se verían limitadas por cuestiones sociales. Como las condiciones de vivienda que impiden llevar a cabo medidas como el lavado de manos y la distancia social, o el acceso a una dieta rica en alimentos frescos y variados, entre otros elementos que refuerzan el sistema inmunitario.

“Si realmente queremos acabar con esta pandemia, cuyos efectos han sido devastadores en la gente, en la salud y en la economía, o con futuras pandemias de enfermedades infecciosas, la lección es que tenemos que abordar las condiciones subyacentes que hacen posible una sindemia”, opina Singer. Su conclusión no puede ser más clara (y más utópica): “A menos que los gobiernos diseñen políticas y programas para revertir disparidades profundas, nuestras sociedades nunca estarán verdaderamente seguras frente a la Covid-19”.