La pandemia ha disparado nuestra necesidad de abrazos y contacto humano. Mientras podemos reencontrarnos, suplamos la falta a base de placenteros masajes.

Separados, aislados, asustados… El coronavirus nos ha cambiado y nos ha privado de algunas de las cosas más bonitas de la vida. Desde hace ya demasiado tiempo no podemos celebrar, viajar, disfrutar y sobre todo abrazar y sentir a nuestros seres queridos cerca. El contacto humano es fundamental para nuestra salud mental y física y hay mucha gente que está viviendo esta maldita pandemia en absoluta soledad.

Abrazos Soledad Pandemia

Nivea comenzó en 2018 un estudio a nivel internacional sobre el contacto humano que se alargo durante 2019 y que ha prolongado hasta 2020. Los datos son abrumadores. Aunque añoremos nuestra vida antes del coronavirus, en tiempos pre-covid, la mayoría de las personas, tampoco tenían cubierta esta necesidad vital.

9 de cada 10 personas opinaron que el contacto humano es clave para llevar y disfrutar una vida plena y feliz, y que la carencia de este nos hace sentir soledad. Pero dos tercios de la población no experimentaba contacto físico a diario. El 64 % de los encuestados indica que el contacto físico no es cotidiano en sus vidas, y otro 71 % desearía recibir más abrazos. Casi 1 de cada 5 encuestados no había experimentado ningún tipo de contacto físico el día anterior al día de la encuesta.

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Después de que esta maldita pandemia arrasara con todo, las cifras son aún más abrumadoras: una de cada dos personas afirma que el aislamiento durante la pandemia les ha hecho sentir más soledad que nunca en su vida. En España, el contacto físico dentro del círculo más cercano ha disminuido para un 71% de los encuestados, frente al 38% ciento de la media global.

Contacto físico, beneficios para el cuerpo y la mente.

Por eso Nivea ha querido llamar la atención sobre los probados beneficios del contacto físico y promover el contacto piel con piel tan pronto como las circunstancias lo permitan. Porque es beneficioso para el cuerpo: disminuye el dolor físico, fortalece el sistema inmunitario, calma el ritmo cardíaco y normaliza la presión sanguínea, aumenta las posibilidades de supervivencia en bebés prematuros o reduce la agitación en los pacientes de Alzheimer. Y también para el alma: reduce el nivel de las hormonas del estrés y aumenta las del bienestar, disminuye la sensación de soledad y reduce los síntomas de ansiedad y depresión.

Es una de las pocas cosas positivas que estamos sacando de todo esto: que nos ha hecho darnos cuenta de lo importante que es estar cerca uno de los otros. Pero también nos ha ayudado a reflexionar sobre que quizá, ya desde antes, estábamos demasiado alejados los unos de los otros por las tecnologías y los ritmos de vida frenéticos.

Nos hemos dado cuenta de que necesitamos ver, tocar y tener delante a nuestros amigos y familiares. También de que la costumbre tan española –y tan poco europea de dar besos a alguien al que acabamos de conocer- es innecesaria. Y de que no era muy cabal acudir a centros de salud y hospitales, focos de virus, sin mascarilla, dispuestos a transmitir los nuestros y llevarnos a casa los de todo el personal. ¿Saldremos realmente mejores?

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3 masajes para sentirse menos solo

Todavía nos quedan meses –y unos cuantos millones de vacunas- para volver a sentirnos cerca de nuestros seres queridos y compensar todo este tiempo de separación, del que no solo tiene culpa la pandemia. Mientras tanto, para que ese beneficioso contacto físico ejerza un pequeño poder sanador en nuestras almas tan marchitas, propongo darse un homenaje en forma de masaje en casa, a nuestros hijos o parejas, o si vivimos solos o nos apetecen unas manos expertas, en uno de los muchísimos centros que cumplen las más estrictas medidas de seguridad y que necesitan de nuestro apoyo para sobrevivir.

Empecemos por un clásico en el templo del masaje tailandés por excelencia de Madrid, The Organic Spa. El Masaje del Bienestar es auténtico y sencillo, se trata de una combinación de masaje tailandés y Lomi Lomi, un antiguo masaje hawaiano que se desliza suavemente hasta llegar a los músculos, al perfecto unísono con las técnicas hawaianas y de acupresión. Un aliado para dejar atrás las preocupaciones, y que proporciona un sentimiento de paz y relax totales.

Precio: 80 euros/60min – 105 euros/90 min – 130 euros/120min.

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