Ni rodillos, ni piedras de jade, dos cucharas soperas de las que tienes en casa son las únicas herramientas que necesitas para realizar este ya célebre automasaje facial.

Con solo dos cucharas y la técnica correcta se consigue tonificar la piel, remodelar el óvalo facial o drenar toxinas.

El automasaje facial con dos cucharas creado por Yvette Pons y compartido a través de Instagram lleva ya más de 120k visualizaciones. Una sencilla terapia manual en la que solo se necesitan un aceite facial y dos cucharas soperas.

Dos cucharas en manos expertas para el automasaje facial.

Con más de 30 años de trayectoria a sus espaldas, esta terapeuta y facialista sabe lo que hace, y de qué manera. Es directora del Instituto que lleva su nombre y suyo es el Facial SULYFTH®, un lifting manual de rejuvenecimiento facial.

Amante de las terapias manuales, ahora triunfa en Instagram con un sencillo vídeo con un ritual a doble cuchara. La clave está, según ella misma explica, en relajar las fascias, ese tejido que recubre los músculos faciales para ayudarles en su movilidad y protegerlos.

Por la edad, la postura o el estrés, las fascias se tensan y se acortan, lo que evita que las toxinas se drenen correctamente. Con este sencillo masaje “cucharil” superficial, se consiguen relajar las fascias, estimulando así el riego sanguíneo y ayudando a que los tejidos se nutran y se oxigenen correctamente. También favorece el drenaje del sistema linfático de escote, cuello y rostro.

Un automasaje, dos cucharas y 9 beneficios más.

Este masaje manual con las herramientas caseras más fáciles de conseguir consigue:

  • Tonificar la piel.
  • Remodelar el óvalo facial.
  • Elevar los pómulos y las cejas.
  • Mejorar el doble mentón.
  • Suavizar el surco nasogeniano.
  • Suavizar las comisuras de la boca.
  • Drenar el sistema linfático.
  • Activar la oxigenación de la piel.

Masaje Facial Cucharas

Paso a paso del automasaje facial con dos cucharas.

Necesitarás una pequeña cantidad de sérum o aceite vegetal (si aplicas mucho las cucharas resbalan en exceso). Y por supuesto dos cucharas soperas frías (ponlas antes en la nevera o el congelador) y que siempre hay que utilizar por la parte cóncava.

  1. Empieza por el cuello en movimientos ascendentes, desde el exterior hacia el centro del cuello.
  2. Sube a la barbilla para dibujar la parte inferior del óvalo facial y cuando llegues a las orejas vuelve a bajar por el cuello.
  3. Ya en la cara, coloca las cucharas a cada lado de la comisura de los labios y con una apoyada y sin moverla, dibuja el contorno de los labios de abajo hacia arriba con la otra. Repite en el otro lado.
  4. Sube desde la comisura de los labios hasta las aletas de la nariz y de ahí dibuja una línea ascendente por debajo del contorno de los ojos y hasta las sientes y desde ahí baja en línea recta por el cuello.
  5. Dibuja el contorno de los ojos, primero debajo y de dentro hacia fuera, y después recorre las cejas también empezando por el centro.
  6. Por último, también empezando por el centro, desliza las cucharas por la frente hasta las sienes y de ahí vuelve a bajar hasta la base del cuello.

Yvette Pons recomienda repetir cada movimiento 3 veces, y sería perfecto realizarlo todos los días, sino, de 2 a 3 veces por semana.

Es importante que la piel esté limpia antes de aplicar el producto y tener especial cuidado en los puntos linfáticos de los párpados inferiores. Hay que trabajarlos con suavidad, sin demasiada presión. Al masajear los párpados superiores, hacerlo siempre sobre el hueso superciliar, donde se encuentran las cejas, nunca encima de las zonas blandas de los párpados.