De rubia a canosa. ¿De niña a mujer? Laura Sánchez se ha puesto el mundo por montera optando por teñir su pelo con un color más llamativo en términos sociales que si se hubiera puesto un tornasolado tono de unicornio: el gris.

Puede que la reina Letizia haya sido la ‘musa’ que ha inspirado a la modelo Laura Sánchez, de 40 años recién cumplidos, a dar este giro al pelo gris sin pasar por la fase de adaptación de dejar asomar las canas en libertad. Mientras doña Letizia luce su tono castaño de nacimiento sin molestarse en disimular las canas, la modelo ha dado un salto radical desde su tradicional (e invariable) rubio al ‘color block’ gris. El resultado, una melena más reivindicativa que la cresta punk en los 70, más llamativa que los colorinchis en los 90 y más moderna que cualquier otra propuesta actual, al menos en lo que a coloración se refiere. ¡Ah! Y encima le hace el cabello más voluminoso…

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El antes y después de Laura Sánchez con la coloración de Wella Pro

Son muchas las ventajas que presenta el gris para una mujer que se quiere reír de códigos estéticos anticuados -y hacer correr ríos de tinta-. Para empezar, este gris casi blanco, que técnicamente es un rubio arena, es un tono frío, cualidad que ilumina el cabello y aporta calidez a las facciones. ¿Traducción simultánea? Lejos de añadir una crueldad del todo innecesaria al paso del tiempo, se trata de un tono que re-ju-ve-ne-ce.

Otro de los insólitos pluses que merece la pena explorar es el aumento óptico del volumen. Gracias al trampantojo del color, la melena de Laura parece tener el doble de pelo, y esto se debe a la cuidadísima técnica de teñido que han realizado los expertos de Wella siguiendo un proceso similar al de las mechas balayage: color de base en la raíz y una sinfonía de mechas y matices que crean la sensación de degradado natural. Esta técnica permite que el cabello crezca sin que se note el corte entre la coloración y la raíz y también se puede adaptar a tonalidades más oscuras.

El único problema es que se trata de un color con sello profesional trabajadísimo que no es muy recomendable tratar de imitar en casa. Para dejarte las cuatro canas al aire siempre hay tiempo, sin embargo. Proclamar a los cuatro vientos tu naturalidad y desarraigo de ciertos preceptos culturales nunca fue tan sencillo.