Está demostrado. 15 minutos de saltar a la comba a una intensidad razonable queman el doble de kilocalorías que correr (también llamado ‘running’) o montar en bicicleta durante una hora a una velocidad de 15 km/h.

Corto e intenso. Con un material que es la mínima expresión. Saltar a la comba es el epítome del deporte del presente: consigue una eficacia probada en muy poco tiempo (un recurso del que vamos muy cortos) y con una simple cuerda que cuesta poquísimo dinero -en torno a 6 euros en Amazon).

Podría ser tu perfecta solución veraniega para disipar los excesos, ¿no te parece?

“Con la comba, todo el cuerpo entra en movimiento”, apunta Alex García, de Fit Club Madrid. “Saltar a la comba es un ejercicio muy habitual en una tabla de ejercicios para calentar y activar el cuerpo justo antes de comenzar a hacer deporte porque participa cada músculo del cuerpo en el ejercicio”.

Entre sus principales beneficios, se cuenta:

-Ayuda a perder peso y es un poderoso ejercicio cardiovascular.

-Involucra cada músculo del cuerpo y mejora la resistencia (al día siguiente te fascinará sentir ‘agujetas’ en partes de tu cuerpo que no sabías que existieran).

-Ayuda a eliminar líquidos.

-Favorece la coordinación y aumenta la agilidad y la velocidad.

-Apacigua el estrés y mejora el control de nuestra respiración.

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¿Contras? Es extenuante y tampoco es para todos los públicos. Debes evitarlo si tienes lesiones en las rodillas u otras articulaciones, problemas en la columna, huesos, corazón o pulmones o si tienes mucho sobrepeso. Si no estás en esos supuestos y quieres saltar a la comba, adapta la intensidad a tu nivel de forma física y edad. Recuerda: el bienestar no pasa por el sufrimiento.

Álex García, de Fit Club Madrid, nos da algunos consejos para practicar el salto a la comba con la debida adecuación:

-Comienza movilizando las articulaciones, en especial tobillos, muñecas y rodillas.

-Concéntrate en tu postura. La espalda tiene que estar recta, los hombros relajados y la mirada al frente. Los brazos deben estar pegados al cuerpo. Presta atención porque seguro que ‘se te va’ la compostura al poco de estar saltando.

-Flexiona ligeramente las rodillas para amortiguar el golpe y no sufrir lesiones.

-Mantén activado el core durante toda la sesión de entrenamiento (insisto: te fascinarán las agujetas del día siguiente).