Sí, amiga. Skinbooster se antoja especialmente idóneo para recuperar la piel tras los estragos del verano, pero funciona sobre cualquier piel fotoenvejecida o apagada por el estrés o hábitos como el tabaquismo o la mala alimentación.

Skinbooster es una solución de medicina estética que ilumina y nutre la piel opaca.

He probado el tratamiento Skinbooster, que consiste en revitalizar la piel desde el interior a base de microinyecciones de ácido hialurónico de baja densidad. Es el ácido hialurónico que no rellena ni modifica las facciones, sino el que hidrata y estimula la producción de colágeno y elastina en los fibroblastos. La clave, ‘incrustar’ el activo en las capas profundas de la piel, allí donde ni la crema mejor formulada del planeta penetra.

El resultado es una piel mucho más luminosa, uniforme y tersa desde el día siguiente a la aplicación: comprobado por ésta que suscribe.

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¿Qué tiene el espejo de la casa de vacaciones, que nos devuelve una imagen tan halagüeña de nosotras mismas? Y, a su vez, ¿qué diablos pasa al volver a nuestra base de operaciones, que el castillo se desmorona y de repente aparecen los desconchones, y los cocodrilos amenazan con salir del foso?

Por mucho que nos esmeremos, en verano se relajan las costumbres (afortunadamente). El sol, el cloro, la sal, el viento y el cambio en los patrones de alimentación y sueño afectan a la calidad de la piel, y el escenario más previsible de la vuelta al cole es descubrirse la piel opaca, seca y con más líneas de expresión.

Si te animas a pasar por una cabina de medicina estética, Skinbooster es el tratamiento idóneo para devolver la piel a sus marcadores habituales, e incluso mejorarlos.

Tras la valoración de los daños, el o la médico estético traza un ‘mapa’ sobre tu rostro basado en ‘make up points’, puntos clave de visagismo que reflejan la luz y recrean sensación de piel saludable. En mi caso, lo probé en Clínica Lola Sopeña, donde la experta me inyectó el producto de Merz Aesthetics con manos de hada.

El ácido hialurónico de baja densidad no rellena volúmenes, sino que promueve la producción de colágeno y elastina en los fibroblastos y también ayuda a las células a captar agua y mantener la piel mucho más hidratada. Y una piel hidratada es una piel con menos tendencia a formar arrugas y líneas de expresión.

¿Hablamos de dolor? Como siempre, depende del umbral personal de cada quien. Se emplea una crema anestésica para aminorar el susto. Bajo mi percepción, la molestia es superior a la de la mesoterapia facial (por citar otro referente de inyectables), pero se tolera bien. Además, todo el proceso viene a durar unos 5 minutos.

Es posible que aparezca algún hematoma, que desaparece a los pocos días. Ese día te notarás la cara ‘alterada’ por el efecto de los pinchazos y del producto. Esto entra dentro de lo normal.

Al día siguiente, por no decir prácticamente en el acto, la piel se revela mucho más tersa, jugosa y resplandeciente. La mejora en el tono es realmente notable, consiguiendo un efecto ‘buena cara’ que sí se corresponde con las vacaciones aún habiendo vuelto ya a la rutina. Un diez de tratamiento.

La duración es de 4 a 6 meses, y tiene un precio de 299 euros.

Clínica Lola Sopeña

Calle de los Mártires Concepcionistas, 2

28006, Madrid.

Tel: 917527719.